El Museo Antonio Serrano frente a la pandemia

Durante el 2020 el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas “Prof. Antonio Serrano” de Paraná reorganizó sus actividades para poder afrontar los desafíos que impuso la crisis sanitaria

Cuando pensamos en museos, pensamos en sus espacios. Tradicionalmente, estas instituciones eran vistas como templos de sabiduría, guardianes de un patrimonio que podíamos ver desde el otro lado de una vitrina, rodeados de un halo místico. Esta realidad fue cambiando gradualmente: hoy muchos museos ya incorporan propuestas lúdicas y nuevas tecnologías para acercarnos, material y simbólicamente, a sus exposiciones. No obstante, el museo sigue siendo un ecosistema y, como cualquier ecosistema, la ausencia de uno de sus elementos es disruptiva. Entonces, ¿qué pasa en los museos cuando no tienen visitantes?

El museo estuvo siempre presente para la comunidad; lo que cambiamos fue el lenguaje y las formas de comunicarnos”, dice Gisela Bahler, Directora del Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas “Prof. Antonio Serrano”. Este histórico museo provincial, cuyo origen se remonta a 1917, está emplazado actualmente en calle Carlos Gardel al 62, en pleno centro cívico de la ciudad de Paraná, Entre Ríos. Por esta razón, desde hace décadas forma parte del recorrido cultural obligado de turistas y escuelas: durante los últimos años, el Museo Serrano recibía aproximadamente 25.000 estudiantes cada año.

El edificio del museo es patrimonio histórico de la ciudad: supo albergar la sede de Casa de Gobierno, la Superintendencia del Ejército y el Colegio Nacional Domingo Faustino Sarmiento. Tal es así que su disposición espacial remite a las clásicas instituciones escolares, con salas distribuidas en una única planta de manera radial alrededor de un patio abierto. La exposición del Museo Serrano se distribuye en 11 salas temáticas: Historia, Geología, Botánica, Vertebrados, Paleontología, Acuario, Invertebrados, Ambientes Acuáticos, Sala de la Mujer, Sala de Entre Ríos y Etnografía Argentina. Cuenta también con un Jardín de Nativas, una biblioteca especializada en ciencias naturales, un laboratorio, una sala de talleres y un salón de actos. Además del recorrido por el museo, su propuesta antes de la pandemia incluía diversos talleres y conversatorios presenciales, muestras itinerantes y, desde 2012, durante las vacaciones de invierno y de verano se desarrollaba “La Noche de las Linternas”, una propuesta familiar de gran concurrencia.

El museo en casa

Cuando comenzó el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO), el 17 de marzo de 2020, el Museo Serrano, al igual que todas las instituciones de su tipo, tuvo que cerrar sus puertas al público con pocas certezas sobre el futuro. Ese primer momento, relata Bahler, resultó muy fructífero en retrospectiva. Mientras que, en general, la reflexión y la autoevaluación se realizaban sobre la marcha, en el hacer cotidiano, la pausa y el encierro habilitaron a pensar desde esa nueva realidad compartida, en la que “el visitante de museos no está golpeando la puerta del museo, está en su casa, descubriendo cosas que antes le pasaban por delante y no tomaba registro.” De allí surge la iniciativa que denominaron El MAS en casa, una serie de actividades para hacer en el hogar que, cuenta Bahler, proponía “mirar con más detalle nuestro jardín, nuestro balcón, la planta que teníamos a disposición.” Una de las propuestas concretas que llevaron a cabo fue la de La huerta en casa: mediante recursos informativos distribuidos en las redes sociales del museo, guiaba a los seguidores a través del proceso de producción propia de alimentos con materiales sencillos y accesibles, introduciendo nociones relacionadas, como el reciclaje, y alentando a compartir los descubrimientos. El Museo Serrano cuenta con una presencia activa en redes sociales desde hace varios años y tenían ya experiencia en interacciones de este tipo; no obstante esto, Bahler comentó que “Tuvimos que hacer un vuelco total de todo lo que estamos acostumbrados a ver y que la gente va y busca en nuestro museo, una integración en la virtualidad del 100%.

Se trata, por un lado, de seguir brindando recursos educativos a las escuelas y las familias, pero además de cumplir el rol social del museo, al acompañar a la comunidad durante un evento tan significativo como una pandemia. Luego de ese primer período de aislamiento estricto, se empezó a ampliar la propuesta a partir de pensar que “a la gente, al docente, a los padres, les estaba faltando lo que ellos van a buscar al museo, que es la transposición didáctica que hacemos a través de nuestros científicos, de los técnicos”, comenta Bahler, ya que considera que los docentes abordan la visita al museo como una instancia de aprendizaje. Esto llevó a la realización de un ciclo de charlas y talleres virtuales, transmitidos a través del canal de YouTube del museo, una red que anteriormente no formaba parte de la estrategia comunicacional de la institución sino de manera esporádica. Grabar y transmitir un conversatorio presencial requiere recursos técnicos y humanos, algo que muchas veces estaba fuera del alcance de las instituciones culturales, pero sin dudas el streaming permite abrir el juego a otras posibilidades, como reconoce Bahler. “Activar ese canal nuevo para nosotros sin duda fue fundamental. Nosotros hacemos conversatorios donde llegamos a tener 300 o 400 personas, con personalidades que de otra manera nos sería imposible tenerlas.” En la actualidad, ese material audiovisual continúa cumpliendo su función ya que, si bien el museo tiene permitido recibir visitantes con un 30% de aforo y protocolos, pasará todavía algún tiempo hasta que vuelvan las excursiones escolares, por lo que desde el museo se invita a los docentes a hacer uso del mismo.

Si bien la virtualidad dominaba ya nuestras vidas de manera creciente e inescapable, se convirtió en uno de los aspectos salientes de la pandemia. El trabajo, la escolaridad y el entretenimiento virtual dejaron de ser meras opciones, al menos por períodos, lo que produjo una saturación. Esto se vio reflejado en el nivel de participación observado en las actividades que se proponían desde el museo: en general, hubo una buena respuesta de la audiencia del museo en redes sociales, pero se registró también un momento de agotamiento al haber una sobreexplotación de recursos disponibles, comentó Bahler. Con la modalidad mixta que tuvo lugar tanto en la escolaridad como en las entidades culturales, recuperaron el nivel de interacción virtual.

Una “Noche de los Museos” distinta

La Noche de los Museos Entrerrianos es una propuesta que la Secretaría de Cultura de la provincia lleva a cabo desde 2011. En 2020, el recorrido físico por los museos fue reemplazado por transmisiones en vivo de entrevistas, números musicales, recorridos virtuales, además de producciones audiovisuales, tanto de los museos provinciales como de los de tipo municipal y regional, quienes se sumaron en esta ocasión. Esto permitió al público conocer no sólo las instituciones de su ciudad sino de toda la provincia en una misma noche.

Bahler califica la experiencia como “muy linda, intensa y participativa”. El Museo Serrano presentó el corto “Tropezón en el Museo”, protagonizado por un fotógrafo que se queda encerrado en el museo y Popé, la mascota virtual. “Trabajamos más allá de lo que es el conocimiento de la flora y fauna de nuestra provincia, también la problemática de la quema de los humedales, porque estábamos atravesándolo y tenemos que estar siempre alerta por esta práctica nefasta. Fue un hermoso trabajo que se pudo hacer en conjunto con el Instituto Audiovisual de la provincia de Entre Ríos.

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