Crecimiento de la incidencia del dengue

A principios del 2020 hubo una epidemia de dengue en gran parte del territorio argentino, siendo el brote de mayor incidencia registrado históricamente. ¿Qué factores contribuyeron al crecimiento de la incidencia de dengue? Ante el aumento de temperaturas, ¿qué medidas preventivas pueden implementarse?

El Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático (FICH-UNL) desarrolla una línea de investigación denominada “Servicios Climáticos Aplicados a Salud”, donde se estudia principalmente las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores y relacionadas al clima. A partir de la última gran epidemia de dengue ocurrida a nivel nacional durante el 2020, se analizó la variación espacio-temporal de los casos de dengue en la última década en la provincia de Santa Fe. Este estudio da a conocer los departamentos y localidades con mayor incidencia, así como la frecuencia y magnitud de los brotes en el período 2009-2020.

El trabajo de gran valor científico fue publicado en Scientific Data. Ideas del Litoral dialogó con su autora, María Soledad López, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del CONICET, para conocer detalles sobre su investigación científica. Además, la especialista brindó algunas recomendaciones preventivas frente al aumento de las temperaturas y la propagación del dengue.

La investigación

De acuerdo al estudio del Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático, se concluye que en Santa Fe ocurrieron cuatro brotes de dengue en los años 2009, 2016, 2019 y 2020. Este último tuvo una incidencia cuatro veces mayor que al del 2016 (el segundo más importante). De este modo, se asevera que la incidencia de la enfermedad aumenta en la provincia a medida que pasa el tiempo y que los brotes son cada vez más frecuentes.

López comenta que son diversos los factores que pueden influir en el crecimiento de la incidencia de dengue en Argentina y otros países de regiones subtropicales y templadas. Por ejemplo, “el aumento de la temperatura global del planeta que influye en la ampliación de la distribución geográfica de los vectores que transmiten el virus del dengue, así mismo, la movilidad de las personas hacia países donde la enfermedad es endémica, el crecimiento poblacional sin un ordenamiento territorial adecuado, la falta de servicios sociales básicos y las costumbres de las personas”. Algunos de estos factores se fueron incrementando en los últimos años y repercuten en la re-emergencia de enfermedades como el dengue, explica la especialista en variabilidad y cambio climático.

Según este estudio, la epidemia del año 2020 fue la más importante registrada a nivel nacional, con brotes en la mayoría de las provincias de Argentina y se dio en un contexto donde gran parte de los países de América central y del sur habían tenido brotes históricos en el año 2019. Esto repercutió a principios del año pasado en nuestro país, cuando las personas retornan de sus vacaciones en países donde el dengue es endémico.

Acciones preventivas

López afirma que esta investigación “permitió comenzar a trabajar con diferentes municipios para realizar acciones preventivas como el monitoreo de Aedes aegypti, mosquito transmisor del virus del dengue, y hacer encuestas dirigidas a la población que nos posibilita indagar en los conocimientos, actitudes y prácticas de las personas respecto de ésta problemática”. Así, estos conocimientos científicos ayudaron a la implementación de estrategias y decisiones preventivas diseñadas desde el área de salud, comunicación y educación.

Frente al aumento de temperaturas y en vísperas del verano, es necesario tomar ciertas precauciones. López sostiene que la mejor medida preventiva es no tener criaderos de mosquitos. El ciclo de vida del Aedes aegypti, que tiene hábitos domiciliarios, esto significa que se adaptó a vivir en el entorno de las personas, tiene una fase acuática. Las hembras ponen huevos en recipientes con agua de donde nacen las larvas acuáticas, que pasan a pupas también acuáticas para finalmente convertirse en mosquitos adultos voladores. “Si eliminamos todo aquello que en nuestra casa y barrio pueda estar acumulando agua de lluvia, estaremos disminuyendo notoriamente las posibilidades de transmisión del virus, porque estamos evitando que nazcan mosquitos adultos”.

Por lo tanto, es necesario el saneamiento de nuestros domicilios y de nuestro barrio (por ejemplo no formar micro-basurales en terrenos vacíos). “Es la mejor y más efectiva medida que podemos tomar. Esto requiere tanto de una responsabilidad individual como de un compromiso colectivo con nuestros vecinos. La prevención de ésta enfermedad está en nuestras manos, es sencilla y económica, solo requiere tiempo, voluntad, conciencia y compromiso”, concluye López.

El equipo de investigación está conformado por María Soledad López, Daniela Jordan (Ministerio de Salud de Santa Fe), Evelyn Blatter (cientibecaria CEVARCAM UNL), Elisabet Walker (CEVARCAM UNL – CONICET), Andrea Gómez (CEVARCAM UNL-CONICET), Gabriela Müller (CEVARCAM UNL-Conicet), Diego Mendicino (CIEN-FBCB UNL-CONICET), Michael Robert (Virginia Commonwealth University, USA), y Elizabet Estallo (Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas CONICET-Universidad Nacional de Córdoba).

Aedes aegypti

De acuerdo a la información que brinda el Ministerio de Salud, el dengue es una enfermedad viral transmitida a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti. El contagio no se produce entre humanos ni por medio de objetos, sino cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras person

Los síntomas de esta enfermedad son fiebre, molestías detrás de los ojos, dolor muscular, de cabeza y de articulaciones. Náuseas, vómito, picazón y aparición de manchas en la piel. Es fundamental no automedicarse y recurrir a atención médica. 

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