En el marco de un Proyecto Pisac-Covid, del que participan docentes-investigadores, graduados y estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral, se presentó un informe con los resultados de la investigación.
Se presentó un informe sobre el impacto socioeconómico de la crisis ocasionada por la pandemia del COVID-19 en el Aglomerado Gran Santa Fe. Es producto de los resultados de investigación del Proyecto Pisac-Covid “El sostén público a la supervivencia de hogares y unidades económicas en la urgencia. Iniciativas, mediaciones y alcances de la asistencia en perspectiva comparada”.
El proyecto es dirigido a nivel nacional por Mariana Heredia, y el nodo Santa Fe UNL está dirigido por Gabriel Obradovich (director del Departamento de Sociología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL), y conformado por Pablo Amsler, Florencia Ríspolo, Lucio Gallo, Angela Madeo, Natacha Bacolla, Julia Colla, Eugenia Martínez, Robert Krantz, Mauricio Moltó, y Julieta Pron, quienes son docentes-investigadores/as, graduados y graduadas y estudiantes de la FHUC.
En su resumen ejecutivo, el informe señala que:
1- El Gran Santa Fe es el noveno aglomerado más poblado de Argentina y el segundo de la provincia, representando el 15% de la población provincial. La ciudad de Santa Fe —capital provincial— es un centro político-administrativo y comercial de bajo desarrollo industrial. La provincia de Santa Fe, por su parte, cuenta en el año 2020 con una población estimada de aproximadamente tres millones y medio de habitantes. El 91% de la población santafesina vive localidades mayores a 2000 habitantes.
2- Santa Fe presenta una matriz productiva diversificada en comparación con otras provincias argentinas, pero también existen marcadas asimetrías internas, principalmente entre el área pampeana y la zona extrapampeana. Las actividades primarias más relevantes son el cultivo de soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y algodón, la producción de leche y de ganado bovino. Estos productos dan lugar a actividades agroindustriales que tienen una importancia de primer orden: aceites y derivados, molienda de trigo, faena de bovino y productos lácteos. Las manufacturas de origen industrial más relevantes se encuentran en las cadenas de producción de la maquinaria agrícola, de maquinarias para la industria alimenticia, de la industria autopartista, en la fabricación de carrocerías y remolques, y la de madera y muebles. El sudeste es el área de mayor desarrollo industrial y de servicios de la provincia, más específicamente en la franja costera de 80 kilómetros que se extiende entre Puerto General San Martín y Villa Constitución, y que tiene como núcleo articulador a la ciudad de Rosario.
3- El desempeño de los principales productos de la actividad primaria santafesina no se vio afectado de forma negativa por la pandemia. Por otro lado, el sector industrial santafesino venía en términos globales con un desempeño negativo desde la recesión económica iniciada en el país en 2018 y la pandemia vino a profundizar esta crisis. En cuanto al análisis por sectores, observamos algunas particularidades. En lo que toca al sector terciario, las actividades relacionadas con turismo y hotelería fueron de las más perjudicadas por las medidas de aislamiento.
4- La caída en la cantidad de empresas y en el empleo registrado comenzó en 2019. No obstante, esta tendencia se profundizó en los primeros meses de pandemia. La intervención estatal parece haber ayudado en la contención y recuperación económica, particularmente sobre aquellos sectores con riesgo medio alto de caída de la actividad, aunque siendo insuficiente para recuperar los valores prepandemia en la mayoría de los casos.
5- El impacto de la crisis fue mayor para el sector de servicios que para el sector productor de bienes. La única excepción se encuentra en la construcción, donde la salida de empresas del mercado es equivalente a la de los servicios.
6- El dato a destacar en el aglomerado Gran Santa Fe (AGSF) es el salto pronunciado en la tasa de desempleo. Previo a la pandemia, la desocupación se encontraba por debajo de la media nacional, girando en torno al 3% y al 7%. No obstante, en el segundo trimestre del 2020 el salto registrado en el desempleo fue de 14 pp hacia el 20% de la población activa, siendo el segundo más pronunciado respecto del total de aglomerados nacionales.
7- En los jóvenes el incremento del desempleo fue de 19 pp, mayor al aumento total de desempleo en el aglomerado, lo cual expone cuál fue uno de los grupos sociales más afectados. El tercer trimestre mostró señales de recuperación de la actividad económica, pero no fue suficiente para volver a las tasas de desempleo de principios de 2020 para los jóvenes.
8- Si bien el inicio de la pandemia impactó a todos los grupos respecto de los niveles de empleo e informalidad, los más perjudicados fueron las mujeres y los jóvenes, debido a que en estos el impacto fue proporcionalmente mayor a la vez que la recuperación fue menor.
9- Los trabajadores autónomos incrementaron sus puestos de trabajo en el período principalmente debido a las mujeres, a los jóvenes y los adultos. El comienzo de la pandemia implicó un incremento en la composición de los autónomos a favor de aquellos de baja calificación.
10- La caída en el empleo a comienzos de la pandemia afectó mayormente a las actividades que más trabajadores ocupan en el aglomerado, así como las ocupaciones donde se observan mayores niveles de informalidad laboral, empleo joven y femenino.
11- Los sectores menos expuestos fueron aquellos vinculados con el empleo público, como la enseñanza y la administración pública, y los servicios financieros y de alquiler. Estos, a su vez, muestran una menor proporción de empleo joven y de informalidad laboral, lo cual posiblemente amortiguó el impacto de la crisis ocasionada por la pandemia.
12- La pérdida del poder adquisitivo fue común a todas las ramas de la actividad económica. Si bien algunas ramas registraron recuperación en el 3º trimestre, estas fueron leves e insuficientes para retornar a los valores observados con anterioridad a la pandemia.
13- Las caídas más grandes se observan en los grupos con mayor vulnerabilidad, como los empleados no registrados y los trabajadores por cuenta propia no calificados, aunque también en los calificados. El efecto del IFE no parece haber sido suficiente para contener la fuerte disminución en los ingresos de las categorías inferiores de los monotributistas ni en los empleados no registrados.
14- Las tasas de pobreza e indigencia mostraban una tendencia creciente con anterioridad a la pandemia, no obstante el inicio de ésta marcó un salto significativo en la población con ingresos insuficientes para acceder a las canastas básicas.
15- Las políticas de transferencias aumentaron su participación en el ingreso total de los individuos, no sólo en aquellos sectores previamente beneficiados por distintos programas de transferencias, sino también en sectores que quizás no habían sido beneficiados anteriormente. Se observa, por lo tanto, un incremento en el peso de las transferencias en contrapartida de los ingresos laborales en relación a los ingresos totales de los individuos para los distintos quintiles de ingreso per cápita.
16- En cuanto a la incidencia de los grupos vulnerables por quintiles de ingreso, se observa que los programas mejoraron la condición de las mujeres y los jóvenes, no así la situación de los empleados no registrados y, mucho menos, la de los autónomos no calificados.
Reflexiones finales
Según los autores del informe, “con anterioridad a la pandemia, la economía de la provincia de Santa Fe ya mostraba tendencias decrecientes en distintos sectores. La actividad industrial, de gran peso en el producto de la provincia, registraba caídas a nivel general desde 2017. El comienzo de la pandemia y la implementación de distintas medidas restrictivas catalizaron la caída general de la actividad industrial que ya estaba en marcha en casi todos los rubros. Paralelamente a este proceso se registraron caídas en las exportaciones provinciales, así como en los ingresos por coparticipación. Como observamos en el apartado sobre el PBG, la pandemia y la paralización de las actividades económicas se dieron en un marco de recesión”.
Agregan que “en este contexto, el comienzo de la pandemia en el aglomerado Gran Santa Fe implicó el segundo mayor salto en cuanto al desempleo si se lo compara con los demás aglomerados relevados por la EPH. Esto afectó mayormente a las actividades que más trabajadores ocupan en el aglomerado, así como las ocupaciones donde se observan mayores niveles de informalidad laboral, empleo joven y femenino”.
“Paralelamente al aumento del desempleo operó una pérdida en el poder adquisitivo en todas las ramas de la actividad económica, con severas caídas en los grupos con mayor vulnerabilidad, como los empleados no registrados y los trabajadores por cuenta propia no calificados. En este marco, el ATP evidenció resultados positivos en la contención del ingreso de los empleados registrados, pero el efecto del IFE no parece haber retenido la fuerte disminución en los ingresos de las categorías inferiores de los monotributistas ni en los empleados no registrados”, sostienen.
Al respecto, el informe señala que “el alto grado de vulnerabilidad de estos sectores y la insuficiencia en los programas estatales redundó en un empeoramiento en las condiciones de vida de la población del aglomerado a partir del aumento en la pobreza y la indigencia. En este contexto, la participación de las transferencias estatales en los ingresos de los individuos se vio fuertemente incrementada pero, aun así, no fueron suficientes para evitar el aumento de la población bajo la línea de pobreza, registrándose una mitigación parcial de los efectos ocasionados por la crisis de la pandemia”.
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