Por una Argentina sin chagas

La directora del Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (IDICER CONICET – UNR) Ana Rosa Pérez, explica sobre esta enfermedad que lleva largo tiempo sin poder erradicarse no sólo de Argentina, sino de América Latina.

La enfermedad de Chagas es causada por un parásito flagelado llamado Trypanosoma cruzi, y es endémica en toda América Latina, causa una afectación sistémica y crónica, que ataca principalmente de forma irreversible al corazón y al sistema digestivo, pero también puede causar afectaciones neurológicas. Al respecto, Pérez indica que: “En nuestro país, se espera implementar a corto plazo la Ley de Chagas (Ley n° 26.281), cuyo objetivo principal es lograr la prevención y el control de todas las formas de trasmisión de la enfermedad, hasta su definitiva erradicación, con un enfoque amplio que involucra salud, vivienda, género e interculturalidad, entre otros aspectos”.

¿Cómo se contrae la enfermedad?
La forma más conocida es la vectorial, es decir a través de picaduras de vinchucas. Al picar para alimentarse, la vinchuca también deposita heces contaminadas con el parásito, el cual ingresa al organismo a través de las lesiones producidas por el rascado o bien lesiones pre-existentes tanto en piel como en mucosas. Debido a los programas de control del vector (la vinchuca) que se han establecido en distintos países, las trasmisiones vectoriales han disminuido progresivamente a lo largo de los años en América Latina.

Otra forma de trasmisión es la congénita, es decir de la madre al hijo durante el embarazo o el parto. Actualmente se están registrando cada vez más casos de Chagas Oral, que es una forma muy particular de transmisión, ya que la enfermedad en este caso se adquiere por la ingestión de alimentos contaminados con el parásito (generalmente jugos y también carne mal cocida). En nuestro país se han descripto muy pocos casos de este tipo, pero van en aumento en países como Brasil, Colombia y Venezuela. Antiguamente una persona también podía infectarse luego de una transfusión sanguínea. Hoy esta forma de infección está controlada en América Latina, ya que se realizan tamizajes en los bancos de sangre, pero aún representa un problema en países no endémicos (por ejemplo, en algunos países de Europa que reciben migraciones de latinos) que, por no sufrir esta enfermedad, no hacen este tipo de controles. También ha habido casos de adquisición de esta enfermedad luego de un trasplante de órganos.

¿Cuál es el porcentaje de población afectada? ¿Qué incidencia tiene en Argentina?
Hoy se considera que en Argentina hay al menos un millón y medio de infectados, y un total de 6-8 millones en toda América Latina. Como comentaba anteriormente, detalla la Dra. Pérez, los flujos migratorios hacia EEUU, países europeos e incluso asiáticos han “exportado” la enfermedad hacia otros sitios del planeta. Países como España, reportaban hace unos años más de 60.000 infectados y EEUU más de 300.000. Se estima que en América Latina hay alrededor de 30.000 casos nuevos cada año, 12.000 muertes anuales y que algo más de 8000 niños se infectan durante la gestación, es decir por trasmisión congénita. Tenemos que considerar que hoy en día unos 70 millones de personas viven en áreas con presencia del vector, por lo tanto, están en riesgo de contraer la enfermedad.

¿Qué forma de prevención tiene?
Las formas de prevención hasta el momento son el control vectorial, el tamizaje en bancos de sangre y el control de las embarazadas. Lamentablemente aún no contamos con una vacuna preventiva contra esta enfermedad.

¿Cuáles son los tratamientos actuales?
La infección es prácticamente 100% curable, sobre todo en niños, si se trata en las etapas iniciales conocida como etapa aguda. Actualmente, hay dos medicamentos de eficacia comprobada, sin embargo, suelen presentar efectos secundarios que muchas veces llevan al abandono del tratamiento, razón por la cual existen numerosas investigaciones abocadas a la búsqueda de nuevos fármacos contra el parásito. Lamentablemente, la efectividad de los medicamentos disminuye a medida que el paciente ingresa en la fase crónica de la enfermedad y dado que muchas veces la fase aguda pasa desapercibida, muchos pacientes no reciben el tratamiento en el momento adecuado.

¿Qué es lo que Ud. y su equipo vienen investigando sobre Chagas? ¿Cuál es el enfoque de su investigación?
En el IDICER se estudian distintos aspectos de la enfermedad. Desde caracterizar la respuesta inmunológica que se monta contra el parásito hasta las implicancias neuro-inmuno-endócrinas que puede tener la infección. Aún no se conoce con certeza qué es exactamente lo que causa la patología crónica, es decir la miocarditis chagásica crónica o las megavísceras (megacolon o megaesófago), así que este tipo de investigaciones tiene como objetivo comprender en mayor profundidad las consecuencias de la infección.

Una alternativa nueva en el tratamiento de la enfermedad

En este punto, la Dra. Pérez destaca que desde hace unos años su equipo de investigación está enfocado en el desarrollo a nivel pre-clínico -es decir aún en etapa experimental y no probada en seres humanos- de una vacuna profiláctica contra esta enfermedad. Su estrategia difiere de otras en que buscan inmunizar contra el parásito a nivel de mucosas, utilizando como antígeno una proteína del parásito -se trata de una vacuna recombinante- tomando la vía nasal como vía de inmunización; que es no invasiva y que “a priori” sería mucho más aceptada por la población.

Sobre ello, la directora del IDICER, asevera que existen antecedentes de vacunas de este tipo y cita el ejemplo de EEUU donde se comercializó una vacuna nasal contra la gripe estacional. Respecto al avance de sus investigaciones, Pérez es optimista, y dice que hasta el momento los resultados han sido alentadores y que parte de este trabajo se publicó a principios de año en la revista Vaccine.
Finalmente, concluye: “nuestro grupo trabaja en estrecho contacto con el CIPREB (Centro de Investigación y Producción de Reactivos Biológicos, Fac. de Cs. Médicas UNR) para llevar adelante los modelos pre-clínicos, mientras que los estudios en pacientes se realizan en colaboración con el Sector de Enfermedad de Chagas del Servicio de Cardiología del Hospital Provincial de Rosario y con el Dr. Wison Savino del FIOCRUZ de Rio de Janeiro, en Brasil. Para los estudios de vacunas contamos con la colaboración del Dr. Marcipar (UNL) y el Dr. Christian Magni (IBR, CONICET, UNR)”.

Equipo interviniente en la investigación: Laboratorio de Estudios en Enfermedad de Chagas IDICER CONICET – UNR
Directora: Dra. Ana Rosa Pérez
Investigadores: Dr. Andrés Alloatti, Dra. Silvina Villar, Dra. Florencia González, Dr. Oscar Bottasso.
Doctorandos: Lic. Florencia Pacini, Lic. Camila Bulfoni Balbi, Lic. Brenda Dinatale, Lic. Lucia Biscari, Lic. Cintia Kaufman, Lic. Cecilia Farre.

Contacto: perez@idicer-conicet.gob.ar

Por: Andrea G. Guereta

Sobre la ley 26.281, de prevención y control de todas las formas de transmisión de la enfermedad de Chagas: https://www.argentina.gob.ar/noticias/se-reglamento-la-ley-26281-de-prevencion-y-control-de-todas-las-formas-de-transmision-de-la

Sobre el artículo publicado en la revista Vaccine:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35279330/

Fuente: Conicet Rosario

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