Una ventana para espiar el aula

UNR 360° es un proyecto del área Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo y de la Dirección de Comunicación Multimedial que propone una experiencia inmersiva en la academia.

¿Cómo es una clase en la Facultad? ¿Qué hacen los investigadores en los laboratorios? ¿Cuántos espacios hay en la Siberia? ¿Hay animales en Agrarias? Para que todos puedan conocer estas respuestas, hay que ver UNR 360°. Se trata de un proyecto del área Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo y de la Dirección de Comunicación Multimedial que propone una experiencia inmersiva en la Universidad Nacional de Rosario.

“El objetivo es mostrar con imágenes y sonidos distintos espacios de las unidades académicas que no todos conocen, volverlos más cercanos y habitarlos”, dice María Soledad Casasola, directora de Comunicación de la Ciencia y  destaca esta posibilidad de “ir abriendo ventanitas en diferentes lugares de la Universidad, espiar y ver cómo se hace docencia e investigación”.

Pero no se trata de un video convencional sino en 360° que provoca en el usuario una sensación de inmersión, de que está adentro de esos lugares. De esta forma uno se convierte en “pasajero de la narrativa” dado que su perspectiva ingresa en la espacialidad virtual, según explica Patricio Irisarri del equipo de Comunicación Multimedial.

María Soledad Casasola, Directora de Comunicación de la Ciencia y Patricio Irisarri de la Dirección de Comunicación Multimedial de la UNR.

Desde hace varios años esta área de la Universidad viene explorando la narrativa, lo interactivo, lo multimedia, lo transmedia y ahora está en una fase de lo inmersivo que es un nuevo estadío de las narrativas con muchas posibilidades, entre ellas la del video 360° dentro de la realidad virtual.

Para lograrlo se utilizan unos cascos o gafas que son una interfaz entre el escenario real y el virtual. “Uno está en el escenario virtual pero siente que puede involucrarse en ese entorno”, afirma. Algunos de estos dispositivos tienen auriculares incorporados lo que produce una mayor sensación de inmersión.

Además de vivir esta experiencia incursiva a través de los cascos, también se puede acceder a esta propuesta por el canal de youtube y la página web de la UNR y hacer un recorrido interactivo.

En el primer capítulo se ingresa al Centro Universitario Rosario, más conocido como “la Siberia”, al Fablab (Fabrication Laboratory) que es un taller dentro de la Facultad de Ingeniería donde se realizan proyectos de diseño, prototipado, manufactura y cuenta con fresadoras y tornos CNC, impresoras 3D, cortadoras láser, entre otros equipos.

Al Instituto de Mecánica Aplicada y Estructuras (IMAE) que tiene un patio de cagas único en la región donde se analizan vigas, columnas y otros elementos estructurales en escala real. También entra  al Laboratorio Sonoro (Labso) de la Facultad de Ciencia Política con su estudio de radio y a un aula de la Facultad de Arquitectura donde se desarrolla una clase distinta a la clásica magistral en la que alumnos y profesor dialogan.

En el segundo capítulo se pueden visitar dos laboratorios: el Instituto de Física de Rosario (IFIR) y el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) que dependen de la UNR y el Conicet y observar cómo son y de qué manera trabajan los científicos allí. También apreciar el ambiente natural de las Facultades de Ciencias Agrarias y Veterinarias y de la Escuela Agrotécnica de Casilda. Ver los paisajes, los animales, la vegetación y otras formas de dar clases en ese contexto. Se prevé la producción de cinco capítulos en esta primer temporada que abracarán además las instalaciones del área centro y del área salud, entre otras.

“Los registros son de la cotidianeidad, no hay nada forzado, se coloca la cámara y queda grabando sola durante tres o cuatro minutos”, dice Irisarri y agrega que se trata de un dispositivo muy pequeño,  pasa desapercibido y uno se olvida que está ahí. Asimismo, si se sincroniza, puede monitorearse desde el teléfono.

Esta apuesta técnica  es totalmente distinta a la producción del video tradicional lineal. “No necesitamos cámara, periodista, no hay interacción entre el productor y el personaje. Desde ese punto de vista tenemos una objetividad más marcada en el registro”, afirma y reconoce que actualmente este tipo de tecnologías son más hogareñas y no requieren de tanto conocimiento. Por ejemplo las cámaras Go Pro cuentan con estas posibilidades.

Explica que se graba en 360°, una imagen abierta que después con un software  “se cose” y  se edita. En la posproducción se borra totalmente la presencia de quien produce y se muestra un entorno total. Esto se diferencia del video común en el que se elige el encuadre, donde apuntar, qué se va a mostrar.

“El usuario se pone las gafas y los auriculares y siente que está adentro de lo que está viendo. A diferencia de la narrativa audiovisual clásica, aquí puede decidir hacia dónde mirar en el eje horizontal y en el eje vertical en 360°”, cuenta Irisarri y aclara que no hay interacción con los objetos sino que nos convertimos en participantes de la narrativa, en ese mundo que se está viendo.

También hay una apuesta por lo sonoro dado que la cámara tiene un registro de doble micrófono en cada eje y en la posproducción se combina con música y con un tratamiento de pasaje de una escena hacia otra que no sea abrupto, sino gradual, progresivo, para ir navegándolo. “Eso es fundamental para tener una experiencia continuada porque son planos de 15, 20 segundos que van pasando de locación en locación y eso tiene que ser ameno”, expresa y resalta que la música funciona como amalgama. Además están los sonidos que describen ese lugar, ya sea de los animales, los pájaros o las voces de los investigadores.

Teletransportarse

Esta propuesta pudo experimentarse recientemente en la Expo Carreras que hizo la UNR en el Galpón de la juventud, en la Noche de las Peatonales en el centro de Rosario y en actividades barriales en Ludueña y Empalme Graneros. Allí los interesados  podían ponerse los cascos y meterse en la Universidad.

“Elegimos contar una historia que sea inmersiva, que el usuario pueda decidir hacia dónde mirar, con una música que lo acompaña en esa experiencia sensorial y lo que genera en cada individuo es muy interesante”, dice Casasola.

Los más chiquitos se ponen las gafas, miran para abajo y se buscan sus propios pies. Van caminando y se preguntan “¿Estoy viendo algo pero yo estoy o no estoy?” al tiempo que estiran las manos y quieren tocar. Lo que más les llama la atención son los animales de Agrarias y Veterinarias, especialmente una vaca que se lleva todos los elogios. Una niña de 7 años le preguntó a su mamá “¿Cómo puede ser, me teletransportaron? Si yo estaba en otro lado, cómo ahora estoy acá?” Mientras que algunos mayores sienten temor a lo desconocido y se marean.

“La Universidad con esto da un paso hacia una nueva posibilidad en términos interactivos y documentales respecto de lo que se puede hacer con las nuevas tecnologías. Seguramente seguiremos sumando contenidos y experiencias”, comenta Irisarri. En tanto Casasola considera que “poder contar la ciencia, la tecnología, cómo se hace, cómo se investiga, cómo se produce, en qué espacios, de diferentes maneras, es también un forma de contar quiénes somos, diversos, heterogéneos y sin embargo estamos todos debajo de este gran paraguas que es la UNR y hay lugar para todos”.

Periodista: Victoria Arrabal/Fotógrafa: Camila Casero

Related posts

Desarrollos en biotecnología desde Rosario

Investigadores paranaenses proponen un nuevo tratameinto para personas con artrosis

Apuestas online: un analisis desde lo biológico y lo social