FICH-UNL puso en marcha un novedoso programa que implicó realizar un diagnóstico participativo de la gestión de los residuos sólidos universitarios. Además se llevó a cabo una campaña de recolección de papel y se avanzó en un acuerdo con la Municipalidad.
En el mes de noviembre finalizaron las dos primeras fases del Programa para la Gestión de los Residuos Sólidos Universitarios en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (ReSUn-FICH), aprobado este año por el Consejo Directivo de dicha institución (Res. 207/22). Esta actividad forma parte de la experiencia piloto que se llevó adelante desde la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales de la UNL para definir lineamientos comunes a toda la Universidad.
Los objetivos de esta etapa fueron contar con un diagnóstico de la situación actual de la gestión de residuos sólidos en la FICH (Fase «Punto Cero») y seleccionar alternativas que conduzcan a la gestión integral y sostenible de dichos residuos, estableciendo prioridades para su abordaje (Fase «Residuos y Escenarios»).
Para esto se realizó una serie de actividades, destinada a toda la comunidad de la FICH y actores externos directamente involucrados con la temática, que consistió en un ciclo de cuatro talleres, una encuesta y una jornada. Asimismo, se llevó a cabo una campaña de recolección de papel y se avanzó en la firma de un acta acuerdo con la Municipalidad de Santa Fe, que instaló un «ecopunto» en Ciudad Universitaria.
«Estamos muy satisfechos con los avances alcanzados en esta primera parte del programa, a poco tiempo de su aprobación por parte del Consejo Directivo de la FICH. Hemos iniciado un proceso en el que como comunidad universitaria nos posicionamos como parte del problema de la gestión de residuos. Queremos aprovechar este primer impulso para continuar con esta iniciativa, que busca generar oportunidades para arribar a soluciones factibles y sostenibles para la FICH. También esperamos que las lecciones aprendidas puedan ser de utilidad para extender la experiencia a otras unidades académicas de la UNL», expresó la decana Marta Paris.
Ciclo de talleres
Para el desarrollo de la primera fase se realizó un ciclo de cuatro talleres, que contó con la participación de casi 40 docentes, nodocentes y estudiantes de la FICH.
Durante estos encuentros, se formaron equipos de trabajo destinados a identificar tipos y fuentes de residuos sólidos que se generan en la FICH; conocer propuestas, intercambiar experiencias en gestión de residuos en la UNL y en otras instituciones; conocer los programas vigentes en la UNL que pueden articular con el Programa ReSUn-FICH (UNL Bio, UNL Verde, Programa Ambiente y Sociedad); hacer una cuantificación preliminar y temporal de los volúmenes generados, frecuencia de generación y de los indicadores de gestión.
“La experiencia ha sido muy significativa, porque permitió un trabajo articulado con representantes de todos los actores de la comunidad que se involucraron plenamente en los talleres y jornadas realizados. Esta es una condición clave para que las acciones de mejora de la gestión de residuos sean efectivas”, señaló Andrea Valsagna, directora de la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales de la UNL e integrante del equipo ejecutivo de ReSUn-FICH. Y agregó: “Hay que subrayar el ejercicio de caracterización de los residuos generados por la Facultad, donde los participantes debieron abrir las bolsas, identificar los residuos y pesarlos. Allí detectamos que los principales residuos son yerba y restos de comida, y que la separación no era adecuada”.
Paralelamente, se invitó a toda la comunidad de la FICH a completar una encuesta, a fin de recolectar mayor información sobre uso y disposición final de residuos sólidos en el ámbito de la facultad, para que sirva como insumo en la elaboración del diagnóstico participativo previsto como resultado del ciclo de talleres.
«Si bien la mayoría de los encuestados coincide en la importancia de la separación de residuos en origen, un alto porcentaje (44,8 %) manifestó no haber tenido información sobre cómo realizarla. Este fuerte interés de la comunidad universitaria es un insumo importante, teniendo en cuenta que se detectaron dos principales causas de la mala clasificación en origen: la necesidad de reforzar el equipamiento con una adecuada distribución y señalización (73,4 % de las respuestas) y mejorar los hábitos de la comunidad, aspecto asociado a la falta de información y concientización en la temática (65,1%)», destacó Luis Ignacio Schneider, Coordinador de UNL Verde y del Programa Ambiente y Sociedad e integrante del equipo ejecutivo de ReSUn-FICH.
En el marco de esta primera fase, la FICH organizó una campaña de recolección de papel y la UNL avanzó en la firma de un acta acuerdo con la Municipalidad de Santa Fe, que tuvo como primera acción la instalación de un «ecopunto» en Ciudad Universitaria, el 11 de octubre.
Residuos y escenarios
La segunda fase del programa concluyó con el desarrollo de una jornada, de la cual participaron quienes realizaron el ciclo de talleres, como así también parte de las casi 200 personas que completaron la encuesta y manifestaron su disposición a colaborar con la implementación del programa.
Durante esta jornada se socializaron los resultados alcanzados en la Fase «Punto Cero» y se acordaron los residuos cuya gestión se considera prioritaria para la FICH. Asimismo, se establecieron diferentes escenarios y alternativas para su gestión integral y sostenible; se determinaron los indicadores que podrán monitorear la efectividad del plan de gestión y se definieron líneas de trabajo a desarrollar en 2023.
«Para el año que viene esperamos retomar las dos fases restantes del programa: Proyectos Especiales y Comunicación. La primera tiene como objetivo promover la formulación de proyectos temáticos, destinados a dar solución de un modo integral y sostenible a la problemática de los residuos sólidos que se generan en la FICH. En tanto, la segunda etapa apunta a pensar, diseñar y desarrollar campañas de comunicación que permitan dar a conocer el programa, convocatorias, acciones, resultados y toda la información que garantice la ejecución del mismo y el cumplimiento de los objetivos planteados, como así también el desarrollo de material y herramientas didácticas para la educación ambiental, que permitan sensibilizar e involucrar a los miembros de la comunidad universitaria con el programa ReSUn”, indicó la decana, tras remarcar que “el desarrollo de ambas fases son consideradas siempre en un marco participativo, donde resulta fundamental el aporte de todos los claustros que integran nuestra comunidad».
Fuente: Universidad Nacional del Litoral