Detectan, por primera vez, agua en la superficie de asteroides

Las observaciones desde la estratosfera han revelado la firma de estas preciadas moléculas.

tilizando datos del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA), ahora conectado a tierra, un equipo de científicos del Southwest Research Institute (SwRI) analizó cuatro asteroides ricos en silicatos capturados por el instrumento de la Cámara Infrarroja de Objetos Débiles (FORCAST) de SOFIA descubriendo por primera vez en la historia, moléculas de agua en la superficie de un asteroide. Se trata de un estudio único que marca un paso significativo en la exploración y comprensión del espacio.

Se cree que hay más de 1 millón de asteroides orbitando alrededor del Sol y se pensaba que el agua presente en ellos debería haberse evaporado hace mucho tiempo. Entre el millón de asteroides analizados, los científicos identificaron moléculas de agua en dos de ellos: Iris y Massalia.

Un hallazgo desafiante

Iris tiene 199 kilómetros de diámetro, lo que lo hace más grande que aproximadamente el 99 por ciento de la mayoría de asteroides. Orbita alrededor del Sol dentro del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter a una distancia promedio de 2,39 unidades astronómicas y tarda 3,7 años en completar una órbita. El otro asteroide protagonista del estudio, Massalia, es comparable en tamaño a Iris, tiene 135 km de diámetro y comparte una órbita similar a la de él.

Utilizando datos infrarrojos, los investigadores detectaron una señal que «inequívocamente» proviene de moléculas de agua: la primera vez que se observa esta señal en asteroides secos. Los asteroides de silicato anhidros o secos se forman cerca del Sol, mientras que los materiales helados se fusionan más lejos.

«Los asteroides son restos del proceso de formación planetaria, por lo que sus composiciones varían dependiendo de dónde se formaron en la nebulosa solar», explica la autora principal del estudio, Anicia Arredondo, científica planetaria del Southwest Research Institute, Estados Unidos en su trabajo publicado en la revista The Planetary Science Journal. «De particular interés es la distribución del agua en los asteroides, porque puede arrojar luz sobre cómo llegó el agua a la Tierra».

El nuevo trabajo estima que hay alrededor de una lata de refresco de agua por cada metro cúbico de suelo de asteroide, valor similar al valor basado en las observaciones de la Luna desde SOFIA.

«Basándonos en la intensidad de la banda de las características espectrales, la abundancia de agua en el asteroide es consistente con la de la Luna iluminada por el sol», apuntan los expertos. «Del mismo modo, en los asteroides, el agua también puede unirse a minerales, adsorberse en silicatos y quedar atrapada o disuelta en vidrio de impacto de silicato».

Los científicos clasifican los asteroides según su composición y ubicación, principalmente dentro del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Sin embargo, sus viajes pueden llevarlos mucho más allá, y algunos se aventuran cerca de la órbita de la Tierra, lo que les valió el título de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO).

El agua es un ingrediente fundamental para la vida tal y como la conocemos. Su presencia en asteroides sugiere que estos cuerpos celestes podrían haber desempeñado un papel en el suministro de agua a la Tierra durante su formación temprana; un descubrimiento que desafía teorías anteriores que sugerían que el agua provenía únicamente de los cometas.

La distribución del agua en nuestro sistema solar proporcionará información sobre la distribución del agua en otros sistemas planetarios y, debido a que el agua es necesaria para toda la vida en la Tierra, indicará dónde buscar vida potencial, tanto en nuestro sistema solar como más allá.

Este hallazgo, derivado de una colaboración entre el Instituto de Investigación del Suroeste, la NASA y la Agencia Espacial Alemana en el DLR, arroja nueva luz sobre la composición y la historia de estos cuerpos celestes.

«Detectamos una característica que se atribuye inequívocamente al agua molecular en los asteroides Iris y Massalia. Basamos nuestra investigación en el éxito del equipo que encontró agua molecular en la superficie de la Luna iluminada por el sol. Pensamos que podríamos utilizar SOFIA para encontrar esta firma espectral en otros cuerpos«, aclara Arredondo.

Ahora que han detectado moléculas de agua en dos asteroides, los científicos del Southwest Research Institute quieren dar un paso más y por ello han reservado tiempo de observación con el telescopio espacial James Webb de la NASA para apuntar a otros asteroides y profundizar en nuestra comprensión de la distribución del agua en el sistema solar.

Fuente: Muy Interesante

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