Docentes y estudiantes difunden la importancia de conocer plantas nativas aptas para el consumo, mientras desarrollan técnicas para el agregado de valor al producto.
En la Facultad de Ciencias Agropecuarias de nuestra Universidad se desarrollan las acciones de Extensión Experiencias sobre el agregado de valor en producciones de pequeña escala y Nativas al sol. Ambas buscan revalorizar especies frutihortícolas de la región, y difundir técnicas para su consumo y conservación. Se llevan adelante en el marco del Programa Estrategias que potencian el desarrollo de pequeñas producciones familiares en sistemas de transición agroecológica del departamento Paraná. En diálogo con UNER Medios sus responsables detallaron el trabajo realizado y su importancia.
En ese marco se trabajó con especies de uso medicinal, comestible y aquellas que se usan como condimentos, para saborizar el mate o preparar infusiones. Así lo explicó Mariana Bertos, docente en la cátedra Botánica Sistemática, miembro de la comisión Jardín Botánico Oro Verde y codirectora del Proyecto, quien enumeró: “Algunas fueron salvia de la costa, burrito, lucera. Dentro de las comestibles, mburucuyá, ají del monte, camambú”.
Acerca de la importancia de este trabajo, indicó que apunta a una “concientización o revalorización por parte de la comunidad en general, a través de recordar o reconocer distintas utilidades de estas especies silvestres. También hay una importancia cultural, porque estos conocimientos se transmiten mediante la oralidad y si no son rescatados y no queda registro escrito, se van perdiendo de generación en generación. Además, conocer sus utilidades es una forma de apuntar a la conservación de estas especies, para poder hacer un aprovechamiento sustentable”.
Por otra parte Carolina Waigand, docente de la cátedra de Física, integrante del laboratorio de semillas y del área de educación a distancia de la Facultad, se refirió al proceso de deshidratado: “Es una técnica que consiste en extraer la humedad del material y transferirla hacia una corriente de aire circundante que está en contacto sobre el material vegetal. Nuestro proyecto se basa en usar equipos que aceleran este proceso de deshidratado, utilizando la energía solar como fuente de alimentación”.
Dichos equipos fueron elaborados en el marco de un PID nóvel, también dirigido por Waigand. En este sentido, comentó que “pudimos armar algunos diseños que se adaptaran a la zona donde los utilizaríamos. Fueron tres modelos y se los comparó con una estufa eléctrica. Uno de ellos fue el que tuvo menor tiempo de deshidratado, y también se destacó en la conservación de las características organolépticas del material”.
La técnica permite “prolongar el tiempo de utilización entre la cosecha y el consumo. Al extraer la humedad nos permite conservar ciertas particularidades como el color, el sabor, el olor y las características del material. Fuimos probando la técnica en muchas de estas especies nativas y también exóticas, como cebolla, naranja, ajo, que suelen ser utilizadas mediante esta técnica y tienen corto tiempo de vida útil”, añadió la docente.
Esos beneficios son los que buscan difundir en la región, para el agregado de valor en los productos. “La incorporación de estas tecnologías permitiría a aquellos productores extender el tiempo de utilización de los alimentos que producen y conservar sus características”, destacó Waigand. Por último, reflexionó: “El aporte de la Facultad hacia la comunidad desde la Extensión es, más allá de mostrar este tipo de tecnologías, la educación ambiental, ya sea en el uso de especies nativas, de energías limpias como la solar, y la cosecha no extractiva de las especies, para conservarlas. El rol de la universidad es importantísimo, nos vinculamos con la Municipalidad de Oro Verde, con la Red de Huerteros de la zona. Poder transmitir este conocimiento y estas tecnologías me parece un gran aporte a la comunidad”.
Fuente: Medios UNER