El defensor de nuestro cuerpo

En el Día Internacional de la Inmunología, Natalia Santucci, profesional de la UNR y Conicet resalta el rol que cumple el sistema inmunológico en la protección de nuestro organismo.

El 29 de abril se celebra el Día Internacional de Inmunología, esta fecha fue instaurada por la Federación Europea de Sociedades de Inmunología en el año 2005, y debido a su gran éxito, desde el año 2007 se celebra en todo el mundo. ¿Qué es y cómo funciona el sistema inmunológico? ¿Cuál es el aporte de las vacunas para su fortalecimiento? ¿De qué manera va cambiando a lo largo de nuestra vida? Natalia Santucci, investigadora del Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (IDICER), un instituto de doble dependencia de la Universidad Nacional de Rosario y del Conicet, respondió a estos interrogantes.

El sistema inmunológico, una red compleja y sofisticada de células, tejidos y órganos, despliega un papel vital como el principal bastión defensivo del cuerpo humano frente a una amplia gama de agentes patógenos e infecciones. “Detecta agentes patogénicos externos y reacciona contra ellos. Se ha visto en el último tiempo que si una célula propia se transforma en, por ejemplo, una célula cancerosa, el sistema inmune también lo puede detectar e intentar de alguna manera combatirla para eliminarla y que no prospere”.

La investigadora comentó que cada persona ya nace con algunas células madres del sistema inmune y que este se va desarrollando a lo largo de la vida. “Por ejemplo un bebé en la leche materna incorpora los anticuerpos de su madre, por eso ellas se vacunan durante el embarazo para poder transferirles anticuerpos en una especie de proceso de vacunación natural. Nacemos con un sistema inmune inmaduro, que lo vamos fortaleciendo a lo largo del tiempo”. 

Por otro lado, Santucci destacó que a lo largo de la vida, los seres humanos se van enfrentando a distintos patógenos y que el cuerpo va generando memoria celular, que brinda una protección de anticuerpos, que los van a ir protegiendo a largo plazo. “A veces, uno necesita una ayuda adicional y ahí es donde entran las vacunas. En este sentido, las vacunas vienen a introducirnos esa memoria para que, en caso que adquiramos la enfermedad, esta no sea mortal o deje secuelas graves. Por eso, es tan amplio el carnet de vacunación y es importante cumplirlo”. 

El sistema inmune tiene células en todos los órganos y es transversal a todos los otros sistemas. “Tiene células que están todo el tiempo patrullando en la sangre, se van movilizando y revisando que no entre patógenos. Si ingresan, se ocupan de que podamos generar una respuesta defensiva y combatirlo”, detalló la investigadora y agregó: “Hay dos tipos de inmunizaciones. La primera se vincula con la propia exposición al virus, por eso cuando los niños se contagian de varias enfermedades, sobre todo cuando comienzan el jardín, ya que pasan de un ambiente protegido a un espacio donde circulan muchas cuadros distintos. La segunda, son las vacunas que nos protegen de muchos virus, aunque no son infalibles. Todas estas son herramientas que vienen a asistirnos”.

Con el paso de los años, el sistema inmune puede irse debilitando o perdiendo fuerza, y esos son los momentos en los que se tiene que estar más atento. “Hay estudios que marcan que a partir de los 40 años empezamos a tener algunas disfunciones, pero a los 50 años ya es común que virus que ya estaban en nuestro cuerpo puedan afectarnos. Por ejemplo: muchas personas tuvieron en la infancia varicela, lo que hace que en su cuerpo quede alojado su virus, que se llama zóster. Después de los 50 años, el cuerpo tiene muchas más posibilidades de desarrollar una culebrilla que alguien más jóven”.

Además, la profesional comentó que en la vejez ya no se están produciendo suficientes células inmunológicas como antes, y eso resta nivel de protección. “Venimos con una memoria acumulada también de mucho tiempo, y las células que nos van protegiendo tienen que ver mucho más con las vacunas que nos hemos aplicado. De alguna manera, se reduce el potencial para responder a un agente nuevo y esto es lo que pasó en el caso del COVID-19, donde la gente de edad avanzada era más vulnerable porque nunca se había expuesto al virus. Por eso, hubo que hacer vacunaciones mucho más periódicas de lo que pasó con los adultos jóvenes o adolescentes”.

La vacunación en adultos mayores es muy importante, porque refuerza un sistema inmunológico que ha perdido efectividad. “El virus de la gripe, para hablar de un virus común, es super dañino para un adulto mayor, que tiene la virtud de ir mutando y presentando variantes estacionalmente. Todos los años se aplica una vacuna que tiene las nuevas variantes, para poder tener defensa contra lo que suponemos que va a estar circulando”. 

Protegernos y proteger a los demás

Las vacunas son un método inmunológico aceptado a nivel mundial, sin embargo hay personas que cuestionan su efectividad y las consideran más perjudiciales que beneficiosas para la salud. Desde hace algunos años se ha visto en crecimiento un movimiento de antivacunas que ha puesto en debate un tema que se creía totalmente saldado y que ha traído consecuencias sanitarias, sobre todo en plena pandemia. 

“Este es un fenómeno que surgió en Europa, en un momento donde allí se tenía muy poca incidencia de enfermedades endémicas, aunque se presupone que con los movimientos migratorios esa situación va a cambiar. Ahí no tienen los niveles de vacunación que tenemos acá en Argentina, dónde somos zona endémica para un montón de enfermedades por cuestiones socioeconómicas. Eso hace que tener una vacuna sea una herramienta a mano para resolver un problema sanitario”, expresó Santucci. 

Una política pública centrada en el cumplimiento del calendario de vacunación es esencial para evitar epidemias.

En este sentido, si bien se sabe que las vacunas no son 100 por ciento eficaces, es una gran parte de la población la que está protegido gracias a su aplicación. “Todo proceso científico tiene un margen de error y es un proceso de incertidumbre, aunque eso no es motivo suficiente que justifique una negación hacia las vacunas. Una tecnología puede funcionar para siempre o un tiempo, pero uno no puede entender al conocimiento científico como una verdad revelada, no es dogmático. Estamos todo el tiempo basándonos en evidencia”, y añadió: “No aplicar una vacuna, cuando existe la posibilidad, implica una responsabilidad social porque estás permitiendo la circulación comunitaria de un virus, que le permiten generar variantes que pueden ser mucho peores. Además, se exponen personas, como lo son los adultos mayores o enfermos con otras patologías, que no tienen los mismos recursos inmunológicos y aumenta el riesgo en esas personas. También, es un problema económico porque se va a saturar el sistema de salud público y privado de un montón de pacientes con enfermedades evitables”. 

Por esa razón, la investigadora opinó que los movimientos antivacunas tienen una mirada individualista de la vida. “Argumentan que no se quieren exponer a un riesgo, pero también hay riesgos cuando cruzas la calle o cuando tomas un avión, como para nombrar algunas actividades cotidianas que realiza una persona. Entonces, vivir en sociedad tiene riesgos y beneficios, y en este caso si existen las herramientas para maximizar los beneficios es absurdo no tomarlas”.  

Concurso de minivideos sobre ciencia

El Área de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo de la UNR y el IDICER (CONICET – UNR) lanzaran el Tercer Concurso Local de Minivideos dirigidos a estudiantes de escuelas primarias y secundarias de Rosario y alrededores.

“Proponemos una instancia activa de las infancias y adolescencias para poder producir videos donde hablemos de la inmunología pensada a lo largo de toda la vida, no solamente en la primera infancia sino también en otros momentos”, explicó Soledad Casasola, encargada de la Dirección de Comunicación de la Ciencia del Área de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo. 

En este sentido, Casasola resaltó que se invita a las comunidades educativas a participar en esta tercera edición a darle voz a los más jóvenes lo que van aprendiendo sobre la importancia de cuidar el sistema inmunológico. “La propuesta es poder trabajar durante varias semanas en los videos y luego habrá una premiación”. 

“En el primer concurso nos enfocamos en las vacunas, y el año pasado en los hábitos de vida. Este año tiene que ver con el fenómeno del envejecimiento del sistema inmune a lo largo del tiempo, un proceso que se puede ralentizar con buenos hábitos, vacunación y otras herramientas para poder llegar de la mejor manera posible. A veces ese envejecimiento no tiene que ver con el paso de los años sino por patologías de base que lo provoca, como puede ser el tabaquismo, el estrés o la malnutrición”, especificó Santucci y agregó: “La idea es poder promover la importancia de llevar una vida sana y de conocer que esto sucede”.  

Las bases y condiciones están publicadas en la web de la UNR (www.unr.edu.ar), y se invita a participar a todas las instituciones educativas que estén interesadas. “Creemos que en las escuelas es donde hay un público interesado y curioso con ganas de aprender. Buscamos despertar vocaciones científicas y construir procesos educativos y formativos”, explicó.

Periodista: Gonzalo J. García/Fotógrafa: Camila Casero.

Fuente: Universidad Nacional de Rosario

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