Así pudo perder Venus su agua

El abrasador planeta gemelo de la Tierra está seco. Además de las altísimas temperaturas que evaporaron sus recursos hídricos, las simulaciones por ordenador apuntan a otro culpable: el ion HCO+, del que pueden salir disparados hacia el espacio los átomos de hidrogeno, uno de los dos componentes del H2O. Futuras misiones al ‘lucero del alba’ podrían confirmarlo.

Los científicos sospechan que hace miles de millones de años, durante la formación de Venus, este brillante planeta que se suele ver al amanecer y al anochecer, recibió tanta agua como la Tierra. Pero en algún momento se produjo una catástrofe.

Las nubes de dióxido de carbono (CO2) de su atmósfera desencadenaron el efecto invernadero más potente del sistema solar, que elevó la temperatura de su superficie hasta los 482 ºC (o 900 °F). En este proceso, casi toda el agua de Venus se evaporó y la mayor parte se perdió en el espacio.

“Este escape hidrodinámico probablemente eliminó casi tanta agua –un elemento esencial para la vida– como la que hay hoy en la Tierra”, explica a SINC la investigadora Eryn Cangi, del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial (LASP) de la Universidad de Colorado en Boulder, EE UU.

Pero esa antigua evaporación no puede explicar por qué ahora Venus es tan seco, ni por qué sigue perdiendo la poca agua que le queda en su atmósfera. “Como analogía, digamos que si vierto el agua de mi botella, aún deberían quedar algunas gotas”, comenta otro investigador del LASP, Michael Chaffin, pero en realidad hay mucho menos: “Venus tiene 100.000 veces menos agua que la Tierra, a pesar de tener básicamente el mismo tamaño y masa”.

Si se tomara toda el agua de nuestro planeta y se esparciera como mermelada sobre una tostada, se obtendría una capa líquida de unos 3 kilómetros de profundidad. Sin embargo, si hiciéramos lo mismo en Venus, donde toda el agua está atrapada en el aire, acabaríamos con solo 3 centímetros, apenas suficiente para mojarse los dedos de los pies. Volviendo a la analogía de la botella, las gotas que quedaron dentro también desaparecieron y el planeta se secó. 

La molécula HCO+ es la clave

El culpable, según el estudio que publican esta semana Chaffin, Cangi y otros científicos de las universidades de Colorado y Arizona en la revista Nature, es un escurridizo ion: HCO+, formado por un átomo de hidrógeno, otro de carbono y un tercero de oxígeno.

En las altas atmósferas planetarias, como las de Venus y Marte (donde también se ha observado el fenómeno), el agua se mezcla con el dióxido de carbono para formar ese ion. Ahora, mediante simulaciones por ordenador, los autores han descubierto que sus átomos de hidrógeno pueden salir disparados hacia el espacio a través de un proceso conocido como recombinación disociativa.

“La recombinación disociativa del HCO+ elimina los últimos 10-100 m de agua del planeta (tendrían esa profundidad si se dispusieran en una capa), y es muy importante para cerrar la brecha entre el estado final aún húmedo del escape hidrodinámico y la muy seca atmósfera actual”, explica Chaffin, “y entender cómo funciona este proceso de escape ayuda a comprender las fuentes actuales de agua atmosférica y la cronología de cualquier océano superficial pasado, si es que existió”.

Un ion nunca detectado

Sin embargo, este descubrimiento tiene un matiz importante: no se ha observado el HCO+ alrededor de Venus, seguramente porque nunca se ha contado con los instrumentos necesarios, según los autores.

Mientras que docenas de misiones han visitado Marte en las últimas décadas, muchas menos naves espaciales han viajado al gemelo de la Tierra, y ninguna llevaba sensores de esta molécula. “Una de las conclusiones sorprendentes de este trabajo es que debería encontrarse entre los iones más abundantes de la atmósfera de Venus”, afirma Chaffin.

“Sería extremadamente valioso disponer de medidas directas del HCO+ en la atmósfera superior mediante espectroscopia de masas –añade–, junto con espectroscopia ultravioleta de alta resolución sensible a los muy rápidos átomos de hidrógeno producidos por la recombinación disociativa. Estos instrumentos tendrían que transportarse en una nueva misión, aportando una perspectiva de todo el planeta que ayudaría a otras previstas por la NASA (DAVINCI y Veritas) y de la ESA (EnVision) a desentrañar la historia del agua de Venus”.

Fuente: Agencia SINC

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