Del laboratorio al mundo

Bacterium Acinetobacter baumannii, multidrug resistant nosocomial bacterium. 3D illustration shows morphology of Acinetobacter such as short rods and sometimes long filamentous cells SSUCv3H4sIAAAAAAAEAH1Ru27DMAzcC/QfDM02atVuEvcLunTqGHSgJMYhYluBJKcoAv97KT8AdcmmO5KnO/L+/JRlQoEnLd6ze0SMqetGHxwEsgPTMl95NBSsI+iYLCM3zRXhA4TRo08kFLU+WH25nm2wqYZxCL0P1GPKnrirI4hUoqshYMsf/ldezR4XnG2FucgTXBIfCF04a3D48smmNTvOky4/qtglNmrKH2h9acJB42OB5fG9xYGWR36j6SmJ47BDWNZ0XFrF5Seg6+d4a9ONDNoEw2jIJvFvltPEgSpRvjrSNLTJmA1ndAnWfFDbJ8Rgw+xELMGE4V1HKCtZlfumqpq6PJTV/lWK7ch8TjKpVzJxojbmpEGWxanGXVED7IoGVVm84QHBKCOVVLyp6Q+eXNDWbAIAAA==

Mario Feldman, primer egresado de la Licenciatura en Biotecnología de la UNR, estudia una bacteria que causa infecciones en los hospitales y afecta en gran manera a las personas inmunodeprimidas.

Recientemente saltó a la fama por mostrar en un video como hacer un flan bien argentino en diez minutos, algo que a priori parece una proeza imposible. El desafío fue grabado en una cena con amigos y superó las 50 millones de reproducciones y los 2 millones de likes. Pero el rosarino Mario Feldman ya era famoso desde antes por su exitosa carrera dentro del mundo de la investigación científica. 

Mario fue el primer egresado de la Licenciatura en Biotecnología de la Universidad Nacional de Rosario y fue incorporado en 2021 a la Academia Estadounidense de Microbiología por su largo recorrido en el estudio de las bacterias. En la actualidad se encuentra investigando la Acinetobacter baumannii, una bacteria que es conocida por causar infecciones en los hospitales.

“Es una bacteria que hasta hace muy poco no era conocida, que solamente infecta a personas que están inmunodeprimidas. Es decir, que, si tu sistema inmunológico está funcionando correctamente, no te vas a enfermar. El problema pasa que cuando te la agarras es casi imposible eliminarla, son resistentes a casi todos los antibióticos conocidos, y puedo afirmar que con el tiempo es peor porque evolucionan y se adaptan”, explicó.

Si bien no es una enfermedad común, ya que habitan sobre todo en hospitales, es grave para las personas que la contraen. “He trabajado con otros patógenos, como la salmonella, por ejemplo, pero me estoy centrando en esta bacteria en particular porque es la que causa un problema más grande en la salud”.

El investigador advirtió que es una infección más común de lo que se cree y que es necesario conocerla bien para poder encontrar soluciones que permitan salvar vidas. “Estamos investigando en este momento cómo se contrae exactamente la infección. Nuestros últimos estudios arrojan la hipótesis de que ya la persona cuenta con la bacteria dentro de su organismo al momento de la internación y reacciona a partir de distintas prácticas hospitalarias comunes como lo son por ejemplo un catéter o un respirador. Estamos en estos momentos indagando en este tema, pero hay que resaltar que la Acinetobacter es la bacteria intrahospitalaria por definición porque básicamente el único lugar donde te la podés agarrar es en el hospital, salvo excepciones”.

Feldman comentó que la cepa que más está investigando últimamente proviene de Argentina, la cual fue aislada en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires. “Es un caso raro porque es de una paciente que no se infectó en el hospital, sino que concurrió al médico ya con la bacteria desarrollándose. Esta cepa es más patogénica que otras, entonces estamos investigando para conocer bien los motivos”. 

El investigador subrayó que en nuestro país, al existir un escaso control en la venta de antibióticos sin receta y la cultura de la automedicación, ayudan a que las bacterias muten y sean más resistentes. “Argentina es mi fuente número uno de cepas resistentes, porque la falta de control está llevando a que las bacterias sean más fuertes que en otros países. Tenemos la mala costumbre de tomar antibióticos sin que sean recetados por médicos, y las bacterias tienen la característica de mutar. Países como Italia o España, donde antes era así, ya lo solucionaron y hay mucho más control. Igualmente, creo que esta tendencia comenzó a cambiar lentamente en Argentina en los últimos años”.

Asimismo, recalcó que muchas veces se piensa erróneamente que la Universidad en solitario es la que debe llegar al desarrollo final. “En realidad, el científico genera un descubrimiento, lo patenta para que empresas especializadas inviertan en el mismo y pueda desarrollarse el proceso de aplicación. Muchas personas ven el patentamiento como un acto egoísta, pero la realidad es que si no lo haces nadie invierte en eso y llevar a cabo el desarrollo de lo investigado se hace muy difícil. Yo hago ciencia básica, en mi laboratorio nos enfocamos a la investigación y publicación de conocimientos”.

Antes de enfocarse en la Acinetobacter, Feldman trabajó mucho tiempo en diseño de vacunas especializadas en bacterias. “En ese camino encontré una nueva tecnología que se está probando en la actualidad en muchas vacunas en distintas partes del mundo. Incluso creé una compañía vinculada a esta investigación en St Louis, Estados Unidos, una ciudad que es muy parecida a Rosario”. 

De esta manera, encontró una nueva forma de desarrollar ese tipo de vacunas, la cual fue patentada y una porción de la misma la posee su empresa emergente Omniose. “Trabajamos con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, el cual le brinda dinero a las pequeñas empresas para que puedan desarrollar la investigación. En Estados Unidos, el estado  no sólo otorga muchos subsidios para hacer investigación básica en las universidades, sino también a pequeñas empresas.  En estos momentos, estamos desarrollando las vacunas en partnership con AstraZeneca. Es algo muy desafiante, sobre todo para el caso de la Acinetobacter porque no se sabe quién se puede enfermar”. 

Un largo camino lleno de ciencia 

Feldman tiene el honor de figurar en los libros de historia por ser el primer egresado de la Licenciatura de Biotecnología de la UNR, trayecto que recuerda con mucho cariño. “Era una época donde pocos sabían que era la biotecnología, la carrera recién estaba empezando, de hecho, se llamaba Licenciatura en Química con orientación en Biotecnología cuando empecé y luego cambió la denominación. Arrancamos 35 en primer año, y se ve que muchos se imaginaban otra cosa porque quedamos 10 en segundo y desde tercero sólo éramos 3 estudiantes”. 

Ya para cuando le tocó cursar cuarto y quinto año de la carrera, Mario había quedado como el único cursante al día de la camada. “Era gracioso, porque no sólo era el único, sino que también era el primero. Muchos docentes tuvieron que preparar su materia sólo para mí. Era todo muy artesanal y personalizado, una experiencia nueva para todos. Se estaba formando recién la identidad de la carrera”.  

Cuando finalizó sus estudios de grado, Mario tenía como objetivo realizar el doctorado, pero en el Conicet no había becas suficientes, ya que sólo brindaba dos cupos para aspirantes de todo el territorio nacional. “Decidí entonces irme a Buenos Aires, donde por suerte pude aplicar para una de las dos becas de ese momento. Hice mi doctorado en la Fundación Leloir y por las pocas oportunidades que se ofrecían en el ámbito nacional me fui a continuar mis estudios a Bélgica”.

En cuanto a eso, el investigador subrayó que en ese tiempo no existían las mismas oportunidades que en la actualidad dentro del país. “En ese momento hacer ciencia era sinónimo de irse a probar suerte afuera, era casi una condición lamentablemente. Ahí empezó un éxodo por distintos países en los que me pude especializar”. 

El camino de Feldman por el mundo es extenso: de Bélgica se mudó a Suiza (primero a Basilea y luego a Zúrich), luego se radicó en Canadá donde fue profesor durante diez años y comenzó su propio laboratorio, y por último viajó a St Louis, donde vive y trabaja actualmente. 

Mario, rosarino de pura cepa, hasta hace pocos años fantaseaba de volver al país a trabajar, pero por una cosa u otra no se dió. “En esta etapa de mi vida es muy difícil ya que estoy asentado en St Louis junto a mi esposa e hijo. Nunca me olvido de dónde vengo, voy todos los años a Rosario porque soy uno más”, confesó.

Muchos investigadores de la Facultad de Ciencias Bioquímicas han pasado por su laboratorio, y confesó que eso lo hace sentirse cerca de Rosario. “Debo admitir, que siento admiración por los que hacen ciencia en Argentina y por los logros que consiguen muchas veces con escaso presupuesto, trabajan al más alto nivel y nada tienen que envidiarle a ningún otro profesional de cualquier parte del mundo. En mi laboratorio tengo investigadores de todos lados, pero cuando tengo uno de la UNR conozco la clase de formación que tienen y sobre todo sé que va a estar a la altura del desafío”.

Mario, el hombre que compartió la receta para hacer un flan en menos de diez minutos y cuyo video está arrasando en redes sociales, siempre fue una leyenda en el ámbito de la ciencia y la tecnología. La diferencia es que ahora conocemos no sólo al investigador científico, sino también, a la persona que pone en práctica todos sus conocimientos para, en esos pequeños gestos cotidianos, sentir a su país un poquito más cerca.

Periodista: Gonzalo J. García

Fuente: Universidad Nacional de Rosario

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