Dengue: cómo el cambio climático impacta directamente en la epidemia de Argentina

El fuerte brote de dengue se asocia al aumento de las temperaturas, particularmente de las mínimas, que permiten al mosquito transmisor del virus sobrevivir más tiempo y propagar la infección. Las subas se registran en la mayoría de las provincias. Así surge de estudios de la UNC, que identifican además en qué zonas de la ciudad de Córdoba hay más mosquitos. Un proyecto en las escuelas busca sensibilizar sobre este tema.

Las tendencias de las temperaturas están en aumento en todo el territorio nacional, alcanzando casi los dos grados en la región noroeste de Argentina (NOA). Ese incremento se relaciona con la suba sostenida de casos de dengue que se viene registrando en los últimos años en el país. Así lo indica Elizabet Estallo, investigadora del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC especializada en esta temática, y coautora de un estudio que analiza la relación entre variables climáticas e incidencia del dengue en Argentina publicado recientemente.

“Son las temperaturas mínimas en aumento las que determinan que los mosquitos estén activos más tiempo, con más número de días con temperaturas óptimas para la transmisión del virus dengue”, indica Estallo. Eso es precisamente lo que sucede en Córdoba: “En la provincia tenemos temperaturas mínimas que superan los 12 grados, por encima del umbral que Aedes aegypti necesita para crecer y reproducirse. Y si tenemos más meses del año con mínimas superiores a ese umbral de manera sostenida en el tiempo, el mosquito estará activo más tiempo y prolongará su actividad. Actualmente, tenemos registros de la actividad del vector hasta finales de mayo, veremos hasta cuándo se prolonga durante esta temporada”.

Junto a un equipo de investigación, Estallo llevó a cabo un estudio que incluyó el análisis para todo el país, del que se desprende que el cambio climático incide en las epidemias de dengue registradas en las últimas décadas y en la transmisión del virus en diferentes regiones de Argentina. El estudio analiza y compara cómo se comportaron las variables climatológicas (temperatura y precipitación), epidemiológicas (número de casos de dengue reportados) y biológicas (rangos de temperatura óptimos para la transmisión del mosquito) en dos períodos históricos: uno en el que no hubo casos de dengue (1976-1997) y otro en el que se registraron brotes importantes (1998-2020).

Doce de las 20 ciudades analizadas (es decir, el 60%) mostraron un aumento en el número de días adecuados para el vector, principalmente ciudades del centro del país, donde los casos de dengue vienen en aumento en las últimas décadas.

“Observamos que la presencia y expansión del dengue y de brotes epidémicos hacia regiones en las que antes no se había registrado circulación del virus coincide con el aumento de la temperatura y anomalías en el largo plazo. En cambio, no parecen estar asociados a cambios en las precipitaciones”, apunta la científica.

Las conclusiones indican también que el número de días con temperaturas óptimas para la transmisión del dengue viene aumentando desde 1976. Además, la cantidad de meses con temperaturas ideales para la transmisión también subió entre los períodos analizados, aunque en menor medida.

Así, cuanto más tiempo viva el vector del dengue, mayor es su capacidad de contagio. “Un mosquito con el virus infecta durante toda su vida. En el laboratorio hemos comprobado que puede vivir un mes. Así que un sólo mosquito picando gente un mes completo, levanta sensiblemente el número de casos”.

Los resultados del estudio prevén, además, que la expansión y transmisión del dengue irá en aumento a medida que las temperaturas mínimas sean cada vez más altas. A escala global, la temperatura promedio de la superficie de la Tierra viene en ascenso: 2023 fue el año más caluroso de la historia y se pronostica que 2024 puede ser todavía más caluroso, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), el Programa de Observación de la Tierra del programa espacial europeo.

La zona sur y sureste de Córdoba, donde hay más mosquitos

Detectar las zonas de la ciudad de Córdoba con mayor temperatura y diversidad de mosquitos -entre ellos, el transmisor del dengue- es el objetivo de un estudio financiado por la National Geographic, que inició en 2021 y se encuentra en etapa de elaboración de conclusiones. El proyecto fue desarrollado por especialistas de la UNC y el Conicet e incluyó la colocación de 60 trampas en 30 sitios distribuidos en toda la ciudad, junto con la medición de la temperatura en esas zonas y el cruce de la información de campo con imágenes satelitales.

30 sitios de la ciudad de Córdoba donde se colocaron dos tipos de trampas (de luz y pegajosas) durante 6 meses para registrar actividad de Aedes aegypti. Fuente: Mapa elaborado por Juan Ariel Insaurralde. Doctor en Geografía. Profesional principal Conicet. Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIByT). 2024.

De acuerdo con la toma de muestras realizadas durante seis meses en una treintena de sitios de la ciudad, se encontró la mayor abundancia de mosquitos en las zonas sur y sureste de la capital cordobesa, asociadas a urbanizaciones de nivel medio, de viviendas con patios y espacios verdes. Pero además hallaron allí una mayor biodiversidad. “Es decir, en las zonas sur y sureste no sólo hay una mayor abundancia de mosquitos de todas las especies -y no únicamente de Aedes aegypti. También hay más cantidad de especies de mosquitos en la periferia que en la parte centro, y esto se debe en mayor medida a las condiciones adecuadas para que estos insectos puedan no sólo encontrar alimento sino también un refugio y sitios para poner sus huevos. Por lo general, alrededor de las viviendas encontramos recipientes en desuso ideales para que el vector del dengue ponga sus huevos”, explica la especialista. Y agrega que, sin embargo, se detectaron mosquitos de diferentes especies en todos los puntos de la ciudad donde se realizaron los muestreos.

“El centro de la ciudad de Córdoba es la parte más urbana, donde hay edificaciones y calles de asfalto. A medida que nos vamos hacia la periferia, la urbanización va disminuyendo y encontramos otro tipo de viviendas: casas de familia en barrios, con patios, jardines y un porcentaje de verde, un ambiente óptimo para la acumulación de cacharros y recipientes artificiales donde se cría y reproduce el mosquito. Ahí el nivel de urbanización es intermedio. Mientras que en la periferia, la urbanización es baja, hay pocas casas y predomina la vegetación”, describe la experta.

El muestreo evidenció que en toda la ciudad se identificaron 13 especies de mosquitos adultos, de las cuales las más abundantes son Culex quinquefasciatus» data-toggle = «tooltip» title = «Vector de la filariasis causada por el nematodo Wuchereria bancrofti en las regiones tropicales y subtropicales.»>Culex quinquefasciatus (más del 70%) y Aedes aegypti (cerca del 10%). Aunque esa relación se invierte durante el verano, ambas especies son de importancia sanitaria por ser vectores de virus, que provocan enfermedades en humanos como la encefalitis de San Luis y el dengue, respectivamente.

Un proyecto de ciencia ciudadana en las escuelas

Más allá de las condiciones favorables para la transmisión del virus, lo central continúa siendo trabajar a nivel de concientización y sensibilización para modificar conductas y prácticas que favorecen la proliferación del vector. “Los seres humanos estamos creando las condiciones para que se reproduzca el Aedes aegypti al dejar cacharros y recipientes donde ponen sus huevos y larvas. Tengamos en cuenta que este mosquito únicamente puede reproducirse en recipientes artificiales colocados por las personas y no en charcos o espejos de agua naturales, como es el caso del Culex, por ejemplo, que puede nacer y crecer en ambos medios”, apunta Estallo.

En ese marco, el equipo de Estallo lleva adelante el proyecto de ciencia ciudadana “Cambio climático y dengue” junto con la Universidad de Virginia Tech (Estados Unidos). Financiado por la fundación BWF, actualmente se desarrolla en cinco escuelas secundarias públicas y privadas de la ciudad de Córdoba y una de Villa Carlos Paz, y participan 179 estudiantes de 4º, 5º y 6º año. Comenzó a implementarse en 2023 y durante este año está realizando la primera temporada de muestreo, en la que los y las estudiantes deben colocar las trampas en sus viviendas y reemplazarlas semanalmente, entre otras acciones.

Los gastos de logística y material son provistos por el equipo de investigación pero la iniciativa requiere que se involucre toda la comunidad educativa. “Apuntamos a trabajar con toda la comunidad educativa para modificar hábitos y crear conciencia. Hemos realizado charlas en las escuelas en materia de prevención, y firmamos convenios entre la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC y los establecimientos escolares vinculados a este proyecto, que prevemos se extenderá por dos años más”, comenta la investigadora.

Las escuelas que participan de esta iniciativa (Instituto Jesús María, Instituto Jóvenes Argentinos, Instituto Secundario Brigadier Mayor «Juan I. San Martín», Colegio Dante Alighieri, Instituto Monseñor de Andrea, IPEM 359 «Dr. Arturo U. Illia» de Villa Carlos Paz) están geolocalizadas estratégicamente, de manera de lograr cobertura en toda la ciudad. Pero el proyecto está abierto a las instituciones educativas que quieran formar parte del mismo. “En mayo terminamos el muestreo que está en marcha y en noviembre retomaremos. Nos gustaría que se sumen nuevas escuelas, con el compromiso de directivos, docentes y alumnado. La idea es que se apropien del proyecto, entiendan lo que hacemos desde la investigación y nos acompañen. Y entonces, cambiar un poco la mentalidad de las personas”, cierra la bióloga.

Cómo sumarse al proyecto de ciencia y dengue en escuelas

Las escuelas que quieran participar del proyecto de “Cambio climático y dengue”, que lleva adelante un equipo de investigación del Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, y del Conicet) y la Universidad de Virginia Tech (Estados Unidos) deben contactarse con: elizabet.estallo@mi.unc.edu.ar

La iniciativa está abierta tanto a escuelas públicas como privadas pertenecientes al nivel secundario de Córdoba, de la ciudad y del interior provincial.

El proyecto se realiza en colaboración con Michael Robert, de la Universidad de Virginia Tech (Estados Unidos).

Datos del estudio

-Estudio: Relación entre variables climáticas e incidencia del dengue en Argentina. Publicación: mayo 2023.

-Equipo de investigación: Elizabet L. Estallo y María S. López (directoras) Andre A. Gómez, Gabriela V. Müller, Elisabet Walker, y Michael A. Robert.

-Instituciones participantes: Centro de Investigaciones Entomológicas de Córdoba, Córdoba Argentina / Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas, Conicet – UNC / Conicet Santa Fe / Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático, Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas, Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe / Departamento de Matemáticas, Instituto Politécnico y Estado de Virginia University, Blacksburg, Virginia, EE.UU / Centro de Patógenos Emergentes, Zoonóticos y Transmitidos por Artrópodos, Instituto Politécnico de Virginia y Universidad Estatal, Blacksburg, Virginia, EE.UU / Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Fuente: Argentina Investiga

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