Innovación espacial: usar algas marcianas para crear bioplásticos y construir viviendas

Investigadores de Harvard revelan que fabricar viviendas para astronautas en Marte podría prescindir del traslado de materiales terrestres.

Si los humanos nos fuéramos a vivir fuera de la Tierra, es evidente que íbamos a necesitar construir espacios habitables. Sin embargo, transportar suficiente material industrial para fabricar nuestras viviendas sería una tarea increíblemente difícil y costosa. Es por ello que investigadores de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard (SEAS) han encontrado una solución para no tener que llevarse nada de la Tierra, gracias a la biología.

Igual que Matt Damon fue capaz de cultivar patatas durante meses en The Martian, un equipo internacional de investigadores, dirigido por Robin Wordsworth, profesor de Ciencias Ambientales e Ingeniería de la Universidad Gordon McKay y profesor de Ciencias de la Tierra y Planetarias, ha demostrado que también es posible cultivar bioplásticos en condiciones similares a las de Marte, que servirían para construir nuestros refugios.

Los experimentos son un primer paso hacia el diseño de hábitats sostenibles en el espacio, que además no requerirán el traslado de materiales desde la Tierra. «Si tienes un hábitat compuesto de bioplástico y crecen algas en él, estas podrían producir más bioplástico», explicó Wordsworth. «Así se crea un circuito cerrado que puede autosostenerse e incluso crecer con el tiempo».

En experimentos de laboratorio que recrearon la tenue atmósfera de Marte, el equipo de Wordsworth cultivó un tipo común de alga verde llamada Dunaliella tertiolecta. Las algas prosperaron dentro de una cámara de crecimiento impresa en 3D, hecha de un bioplástico llamado ácido poliláctico, capaz de bloquear la radiación ultravioleta a la vez que transmitía suficiente luz para permitir la fotosíntesis.

Las algas se mantuvieron a una presión atmosférica de 600 pascales, similar a la de Marte (más de 100 veces inferior a la terrestre), y en un entorno rico en dióxido de carbono, a diferencia del predominantemente nitrógeno y oxígeno terrestre. El agua líquida no puede existir a presiones tan bajas, pero la cámara de bioplástico creó un gradiente de presión que estabilizó el agua en su interior. Los experimentos apuntan a los bioplásticos como potencialmente clave para la creación de sistemas renovables que permitan mantener la vida en un entorno sin vida.

El concepto que demostraron los investigadores se acerca más a cómo crecen naturalmente los organismos en la Tierra, y contrasta con un enfoque industrial que utiliza materiales que son costosos de fabricar y reciclar.

Hábitat de bioplástico dentro de la cámara ambiental planetaria.Grupo Wordsworth / Harvard SEAS

El equipo de Wordsworth creó previamente un tipo de terraformación marciana local mediante láminas de aerogeles de sílice que imitan el efecto invernadero de la Tierra para permitir el crecimiento biológico. Una combinación de los experimentos con algas y los aerogeles resolvería los problemas de temperatura y presión que favorecen el crecimiento de plantas y algas, afirmó Wordsworth, y podría allanar el camino hacia nuestra existencia extraterrestre.

A continuación, Wordsworth afirmó que los investigadores quieren demostrar que sus hábitats también funcionan en condiciones de vacío, lo cual sería relevante para aplicaciones lunares o en el espacio profundo. Incluso planea diseñar un circuito cerrado para la producción de hábitats.

Después de años en los que la NASA ha presentado múltiples diseños y modelos de futuras viviendas en Marte, «el concepto de hábitats biomateriales es interesante y puede sustentar la vida humana en el espacio. A medida que este tipo de tecnología se desarrolle, también tendrá beneficios para desarrollar una tecnología sostenible también aquí en la Tierra», afirmó Wordsworth.

Fuente: EL MUNDO

Related posts

Cirugía del futuro: un robot muestra que podría reemplazar a médicos humanos

Rebeca Chereb de Guber, precursora en el desarrollo de la computación argentina

El rol del “guardián del genoma” en el cáncer