Los beneficios del ajo crudo y cómo impacta en la salud

Es un superalimento repleto de propiedades medicinales, pero también tiene contraindicaciones que conviene conocer. Te contamos cómo actúa en tu organismo, cuándo consumirlo y a quiénes puede perjudicar.

El ajo crudo, ingrediente milenario en la cocina y en la medicina natural, concentra su poder en la alicina, un compuesto que se libera al triturar, picar o masticar el bulbo.

Su consumo regular aporta una batería de beneficios:

Potente acción antibacteriana, antiviral y antifúngica. Ideal para fortalecer las defensas y prevenir infecciones respiratorias y digestivas

Salud cardiovascular reforzada. Reduce el colesterol LDL (malo), mejora la circulación y baja la presión arterial gracias a la alicina y otros compuestos sulfurosos

Efecto antioxidante y anticancerígeno. Gracias a selenio, flavonoides y polifenoles, combate el estrés oxidativo y podría reducir el riesgo de cáncer gastrointestinal

Refuerzo inmunológico comprobado. Estudios indican que activa células defensivas y disminuye la frecuencia y duración de resfriados hasta en un 50 % .

Mejora digestiva y prebiótica. Estimula jugos gástricos, promueve la flora intestinal saludable y actúa contra parásitos como Giardia .

Otros efectos saludables. Se lo asocia con mejor control de glucemia, alivio de inflamaciones (artritis, reflujo) y hasta soporte en salud cerebral

Para aprovechar al máximo la alicina, se recomienda triturar o picar y dejar reposar el ajo unos minutos antes de consumirlo

Aunque el ajo crudo ofrece múltiples beneficios, no está exento de efectos adversos

Precauciones: no es apto para todos los organismos

Aunque el ajo crudo ofrece múltiples beneficios, no está exento de efectos adversos:

Malestar gastrointestinal: Puede causar ardor, acidez, náuseas, gases y eructos, especialmente en personas con gastritis, úlceras o reflujo gastroesofágico (ERGE)

Mal aliento persistente y olor corporal: Los compuestos de azufre generan un aroma duradero, incluso tras cepillarse los dientes

Riesgo de sangrado: Actúa como anticoagulante y en dosis elevadas o en pacientes con tratamientos antitrombóticos puede aumentar el riesgo de hemorragias .

Interacciones médicas/adversas: Su consumo excesivo puede interferir con medicamentos o condiciones como presión baja, problemas de coagulación, embarazo y lactancia .

En dosis terapéuticas, lo ideal es consumir de 1 a 2 dientes diarios, preferiblemente triturados y en ayunas o con alimentos, según tolerancia

¿Cómo incorporarlo sin abusar?

Para disfrutar de sus beneficios sin desagradables efectos secundarios:

Picar o machacar y esperar de 5 a 10 minutos antes de comer, para activar la alicina

Comenzar con pequeñas cantidades, máximo dos dientes por día

Alternar con comidas, como tostadas con aceite, ensaladas o sopas, suaviza su impacto digestivo .

Considerar suplementos estándar con alicina estabilizada si no se tolera el ajo crudo, pero siempre bajo indicación médica

Consultar al médico si se tienen condiciones específicas (ERGE, úlceras, hemorragias, medicación anticoagulante o presión baja)

Fuente: EL LITORAL

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