Un grupo de investigadores del Instituto de Investigación y Desarrollo en Bioingeniería y Bioinformática (IBB, UNER-CONICET) logró desarrollar una invención que por sus aportes novedosos al campo de la salud, inició un proceso de patente en Argentina, Estados Unidos y Europa.
Noxisense es una empresa de base tecnológica que nace con el objetivo de crear tecnologías que permitan cuantificar el dolor crónico. Mediante radiofrecuencia, un dispositivo tecnológico estimula las fibras nerviosas para obtener mejoras en el diagnóstico de algunas enfermedades que están relacionadas a la degeneración de las mismas, por ejemplo, diabetes. Desarrollada en la universidad pública, los investigadores UNER-CONICET que integran Noxisense, lograron crear tecnologías innovadoras que si bien se encuentran en fase de desarrollo de prototipos y ensayos clínicos, prometen asegurar diagnósticos más precisos y tratamientos más efectivos.
German Toyé es Asesor del Área de Propiedad Intelectual de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la UNER y recuerda el largo proceso de trabajo que realizaron los bioingenieros graduados en UNER, José Biurrun Manresa, Christian Mista, Silvio Laugero y Leandro Mayrata e integrantes del IBB. “La protección de los resultados de la investigación que se realizan en el ámbito de la UNER implica una tarea precisa que es acompañar a los/as investigadores en el momento donde se dan cuenta que llegan a un resultado científico que puede ser transferible al sector socio-productivo”, indicó.
Este camino implicó, posteriormente, analizar si la invención cumplimenta con los requisitos de protección de la ley nacional e internacional. En forma conjunta con CONICET, la Universidad Nacional de Entre Ríos avanzó en la tramitación de su primera patente de invención titulada “Device and method for quantitative assessment of small nerve fiber function” (PCT/IB2022/060878) y su familia de patentes (WO/2023/089461; AR128346; EP4432922 y US18710865) tanto en Argentina, como en Estados Unidos y Europa.
Alejando Caudis, Secretario de Asuntos Jurídicos de la UNER, señaló que el proceso de una patente de invención es complejo y que está regido por la Ley 24.481. En cuanto a la consolidación de las políticas institucionales, “contar con una patente de invención propia es de suma relevancia. Y por ende, implica un desafío para nuestra Universidad en el trazado de sinergias entre diversos actores institucionales que participaron en la elaboración de informes y estudios técnicos, así como también en acciones referidas a la registración de dicha invención”. Caudis remarcó también que esta patente “es un tipo de propiedad intelectual industrial que tiene un reconocimiento legislativo muy específico, y que por ende cumplir con esos objetivos y requerimientos, no es para nada sencillo e implica un desafío”.
Un camino fructífero
Noxisense empezó como todo: a partir de una buena idea que se adaptara a las posibilidades de un contexto científico nacional. Un grupo de investigadores graduados en la UNER desarrollaron una tecnología de cuantificación del dolor en pacientes con enfermedades denominadas, neuropatías, algo que resultó innovador en el campo de la salud. Hasta el momento, tales mediciones eran subjetivas e imprecisas, por ende los diagnósticos y tratamientos, podrían resultar ineficaces para los pacientes.
Según Toyé, una vez que la invención adquirió una dimensión de interés científico, “una aceleradora de capitales económicos brindó el financiamiento que hizo posible desarrollar una patente de invención en el ámbito de la Facultad de Ingeniería de la UNER”. Esta invención está siendo tramitada en Argentina, Estados Unidos y Europa. Y dado que los investigadores de dicha invención pertenecen a un instituto de doble dependencia UNER-CONICET, la titularidad de la patente es compartida.
Fue a partir de la protección de la invención y del interés comercial de este desarrollo que se creó una empresa de base tecnológica. La Universidad acompañó este proceso con el asesoramiento adecuado e hizo posible su inscripción jurídica en la forma de una SAS (Sociedad de Acciones Simplificadas). “El acuerdo de licencia que está en trámite de firma de la UNER y CONICET con la empresa Noxisense, reside en sostener y fortalecer este proyecto brindando el uso exclusivo de esta patente para su explotación y desarrollo comercial”, sostuvo Toyé.
Pero también es necesario señalar que estas dinámicas de avances en materia de invención son fruto de los procesos de mejora del desarrollo del sistema científico tecnológico argentino. Sostenerlos desde la labor de la universidad pública “son pasos de gran trascendencia social, vinculados además a nuestras economías locales y regionales”. Según Toyé esta experiencia es un ejemplo de “cómo la universidad puede brindar un valor agregado a la sociedad con un efecto benéfico multiplicador”.
Un hito de esta magnitud permite un know how que es perdurable en el tiempo ya que implica un salto en el desarrollo institucional de una universidad. Caudis señaló que a partir de ahora “se abre un camino que potencia esfuerzos entre áreas de investigación, laboratorios, áreas jurídicas y de propiedad intelectual. De la mano de la comunidad graduada de la UNER, se van a posibilitar, sin dudas, la creación de nuevas patentes y empresas de base tecnológica que van a fortalecer tanto el sistema científico tecnológico nacional, así como también el de la provincia de Entre Ríos”, considerando la visión territorial que asume la UNER en su planificación estratégica.
En la actualidad, las patentes científicas y tecnológicas contribuyen al sistema universitario argentino favoreciendo la promoción de lazos internacionales y acuerdos bilaterales y multilaterales. Este rol protagónico de las universidades y de su comunidad en el ecosistema innovador, es una apuesta al futuro y al desarrollo del país.
Fuente: UNER Medios