Un equipo del Centro de Investigaciones en Mediatizaciones de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario estudia los memes como nueva expresión cultural.
Los memes se convirtieron en una nueva forma de comunicación en redes sociales y más allá de una imagen, video o texto, también son una expresión cultural. Este nuevo lenguaje transformó la experiencia de los usuarios que lo eligen porque es dinámico, simple y divertido.
Probablemente “los memes son lo más representativo de la cultura digital actual”, afirma la docente e investigadora de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Cecilia Echecopar quien junto a Rubén Biselli y Mariana Busso estudian este tema. Explica que su rapidez y facilidad para materializarlo le permiten estar permanentemente en el discurso público y marcar ciertos recorridos. “No impone temas, los retoma, pero configura una determinada visión de lo que está ocurriendo y es parte de la construcción del acontecimiento en cada caso.”
Por otro lado “permite posicionarse frente a determinados temas de una manera fácil, agradable y con un compromiso ético débil porque es anónimo”, dice y resalta que el humor es fundamental, como lo fue para el chiste gráfico y la publicidad. Además posibilita constituir grupos de pertenencia, aunque sean efímeros y cambiantes.
Asimismo funciona como instancia terapéutica dado que incorpora situaciones complejas, traumáticas y que generan inestabilidad, al flujo de lo cotidiano con una mirada humorística que le quita dramatismo, según analiza la investigadora. En este sentido sostiene que “lo traumático deja en suspenso la posibilidad de asignar un significado y el meme lo permite de alguna manera, que no es la más seria ni la más profunda, pero sí una que resulta ser útil a todos”.
Materialidad y circulación
Una de las características distintivas del meme es su materialidad. La facilidad técnica permite a muchas personas apropiarse e intervenir en los procesos meméticos. En tanto las instancias de producción y de recepción son reversibles y a veces momentáneas.
Mínimas intervenciones son simples de realizar y no se necesita ninguna habilidad técnica específica. Si bien depende del destino de la plataforma, de los espacios de circulación y de la agenda, hay una posibilidad de intervención anónima con consecuencias en la construcción de significados que se producen en la sociedad.
“En su funcionamiento hay evidencias de algunas cuestiones propias de la cultura de masas, pero la circulación por diversas plataformas es lo que lo transforma en algo nuevo”, afirma la docente. Estas características posibilitan una interacción permanente y construcción de la agenda que antes era exclusiva de los medios de comunicación.
En este sentido, una de las cuestiones que la sociosemiótica está debatiendo es la existencia de una nueva “circulación horizontal”, cada vez más en vía de sustituir la modalidad de circulación del sentido mediático “de arriba hacia abajo” (de las instituciones mediáticas a los colectivos de actores individuales).
En este modelo de circulación los materiales que se comparten surgen de una intervención activa del público, producto de la remezcla, del sampleo y de la hibridación de contenidos en el interior de comunidades de interés, según expresan los investigadores.
Para los docentes, este proceso produjo transformaciones en la producción y la recepción. “Para el caso de la producción, la posibilidad de su multiplicación en enunciadores que no necesariamente corresponden a las industrias mediáticas. Y para la recepción, la ampliación exponencial de los públicos que, además, pueden a su vez convertirse en enunciadores”.
Esta circulación horizontal también provoca efectos por fuera de su ámbito original. Por ejemplo, en las campañas publicitarias que los utilizan cada vez con mayor frecuencia y en los medios de comunicación que seleccionan y publican memes. Y no sólo eso, sino que hablan de ellos, de qué rol cumplen, para qué sirven, qué vinieron a cambiar, cuánto tiempo se van a quedar y qué producen en la esfera pública.
Otra cuestión es el marco que opera en la interpretación de los memes. Por ejemplo, “un meme de Julio Iglesias apareció en la portada de Página 12 y más allá de un análisis profundo que se pueda hacer, fue un homenaje a este meme tan popular y retomó cierto posicionamiento irónico, humorístico, sobre lo que está pasando.”
Herramienta pedagógica
En el ámbito educativo los memes se constituyeron en una herramienta pedagógica, por ejemplo para evaluar, pero también en un objeto de estudio. Entendido como nuevo formato, con distintas modalidades de circulación, su estudio se centra en los procesos semiológicos y en la mediatización, con la finalidad de construir conocimientos sobre el mismo.
“Sirven tanto para pensar las nuevas formas de circulación, de producción, de interacción, así como también para observar las pervivencias de formatos mediáticos, géneros, estilos anteriores y también un fenómeno que es propio del funcionamiento de todo texto: la intertextualidad, es decir las relaciones que se establecen entre textos. Y en este caso, el meme es eminentemente dialógico y con una polifonía extrema”, analiza la investigadora.
Cecilia Echecopar, Rubén Biselli y Mariana Busso son docentes de la Cátedra Lenguajes de la carrera Comunicación Social e investigadores en el Centro de Investigaciones en Mediatizaciones de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. El equipo está desarrollando una investigación sobre “Los Memes de Internet: indagaciones en torno a su semiosis y sus potencialidades pedagógicas en referencia a los procesos de mediatización”.
Periodista: Victoria Arrabal/Fotógrafa: Camila Casero
Fuente: Universidad Nacional de Rosario