Basurales a cielo abierto, uno de los mayores problemas ambientales

Por Redacción IDL

La basura que flota en los cursos de agua de la región es el reflejo de un problema enorme: se calcula que existen más de 5 mil vertederos al aire libre en todo el país.

Humo tóxico, olor nauseabundo, basura que flota en ríos, arroyos y lagunas, que se desintegra, que se incorpora al aire, al suelo y al agua sin control ni tratamiento alguno, con serias consecuencias a nivel contaminación y salud pública.

Los basurales a cielo abierto son un problema enorme, grave y crónico en la Argentina, donde se calcula que existen no menos de 5 mil repartidos en todo el país, con mayor concentración cerca de los grandes centros urbanos y con preponderancia a estar ubicados muy cerca de cursos o espejos de agua, lo que multiplica sus efectos negativos. 

“Los impactos de estos basurales sobre el suelo, el aire y las napas de agua, así como sobre la salud de pobladores, son inconmensurables” explicó Rafael Colombo, de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, quien desde hace largo tiempo viene trabajando en torno a esta agenda en la zona de Rincón Arroyo Leyes.

Según los datos disponibles en el “Informe del estado del ambiente” del año 2017, elaborado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, la Argentina tienen por lo menos unos 5 mil basurales a cielo abierto que cubren una superficie aproximada de 8.600 hectáreas. Estos puntos rojos de altísima contaminación ambiental explican cerca del 4% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) del país, las emisiones que provocan el calentamiento del planeta y están en el origen del cambio climático.

Los basurales a cielo abierto son una fuente de innumerables problemas socioambientales por la altísima contaminación ambiental que generan.

“Se producen cientos de millones de toneladas de residuos cada año, muchos de ellos no biodegradables, residuos domiciliarios y comerciales, de demolición, clínicos, electrónicos e industriales, altamente tóxicos y radioactivos. La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería” escribió el Papa Francisco en su encíclica ecológica publicada en 2015 Laudato Si.

¿Qué son los basurales a cielo abierto? Según la definición que comparten tanto Naciones Unidas como el ministerio de Ambiente de la Nación, son los lugares o espacios geográficos donde se disponen residuos sólidos de origen orgánico (como restos de comida) o no (plásticos, cartones, latas, etc) de manera totalmente indiscriminada, sin controles de ningún tipo y con escasas o nulas estrategias que permitan algún tipo de protección ambiental.

Un informe reciente realizado por Chequeado explica que, en la Argentina, la ley vigente establece que la responsabilidad para la gestión de los residuos corresponde a las autoridades municipales. Esto no quita que “el manejo de los residuos en general y de los basurales a cielo abierto en particular es una problemática de alcance nacional” para un país que produce, en promedio, 1,15 kilos de desechos diarios por habitante, lo que equivale a 45 mil toneladas diarias para el total de la población.

Los basurales a cielo abierto son una fuente de innumerables problemas socioambientales por la altísima contaminación ambiental que generan, con efectos tanto en el corto como en el mediano y largo, de forma directa y también indirecta. Entre las consecuencias más graves y evidentes están la contaminación del suelo, el agua y el aire, ya que la descomposición de los residuos en los basurales genera metano.

Otra grave consecuencia son los lixiviados, que son líquidos que se generan por la descomposición de los residuos que en muchas ocasiones se filtran a napas subterráneas y contaminan el agua, tal como denunció el Taller Ecologista de Rosario respecto al relleno sanitario de Ricardone, donde esta ciudad vuelca la basura que genera.

A nivel socioambiental, algo común es la presencia en estos basurales de animales, insectos y roedores, lo que se convierte en una amenaza para la salud pública de las localidades vecinas. Finalmente, los incendios de la basura, una práctica vieja y todavía muy común, extremadamente nociva para el ambiente, genera la liberación de gases tóxicos y sustancias peligrosas en el aire, afectando también a pobladores cercanos.

Para enfrentar el problema que plantean los basurales a cielo abierto existen alternativas y estrategias de gestión como el tratamiento diferenciado y controlado y la promoción de la economía circular, que apunta no solamente a reducir la cantidad de los desechos y sus efectos contaminantes como a fortalecer el trabajo de las y los recuperadores.

Por otra parte, una gestión eficiente de los residuos (algo en lo cual todavía Argentina es altamente deficitaria) evita la contaminación por emanaciones tóxicas y ayuda a la reutilización de los residuos a través del reciclaje. Por todo eso, la gestión de los residuos tiene que ver con políticas y visiones atadas a lo ambiental, lo sanitario, lo social y lo económico.

Fuente: Aire de Santa Fe

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