Bioingenieros y profesionales de la salud investigan la efectividad del Plasma Rico en Plaquetas (PRP) en el tratamiento de la artrosis de rodilla, con el objetivo de reducir el dolor y mejorar la funcionalidad articular. Este proyecto cuenta con financiamiento del CONICET y del Hospital de la Baxada ‘Doctora Teresa Ratto’.
Bioingenieros de la Universidad Nacional de Entre Ríos y el Conicet junto a médicos y bioquímicos del Hospital De la Baxada “Teresa Ratto” de Paraná llevan a cabo un estudio clínico para comprobar y evaluar la efectividad del tratamiento conocido como Plasma Rico en Plaquetas (PRP) para la disminución del dolor y la recuperación funcional en pacientes con piernas diagnosticadas con artrosis de rodilla. El investigador Principal del estudio es el Dr. Luis Pablo Schierloh, y el equipo de trabajo incluye a los doctores José Biurrun Manresa y Christian Mista, y los bioingenieros Diego Arévalo, Leandro Mayrata y Facundo Urteaga, todos pertenecientes al IBB-Conicet. Por parte del Hospital, participan el Dr. Maximiliano Velázquez, la Dra. Analía Caballo, el Dr. Ricardo Pastre y la Bioq. Carolina Cáceres, entre otros.
El tratamiento consiste en una inyección intra-articular de PRP en la rodilla de tratamiento del participante. El estudio incluye sesiones sucesivas de tratamiento (cada dos semanas o un mes) y luego el seguimiento de la respuesta de la persona hasta un año de iniciado el tratamiento. El plasma se obtiene con el centrifugado de la sangre extraída al propio paciente, mediante equipamiento que fue adquirido con financiamiento del Conicet y que, una vez finalizado el estudio, quedará para uso del Hospital.
Existe evidencia científica del efecto positivo del PRP en la disminución del dolor, afirman los investigadores. El estudio que emprendieron la UNER, el Conicet y el Hospital fue diseñado para detectar perfiles de respuesta clínica en búsqueda de pacientes con alta afinidad al tratamiento. Así, se evalúa el desempeño del producto terapéutico (Plasma Rico en Plaquetas) elaborado y administrado en el Hospital.
Se trata de un tratamiento que no ofrece la salud publica en la provincia, no es reconocido por obras sociales y en instituciones privadas tiene un costo elevado que no suele ser reconocido por obras sociales o prepagas. El equipamiento y los insumos necesarios no son excesivos en comparación con otras terapias. El mayor desafío radica en los profesionales que participan en la extracción, preparación y aplicación, un aspecto en el cual el sector público está más que calificado. En estudios previos, se reportan entre una, dos y cuatro aplicaciones.
El estudio compartido entre el Conicet, la UNER y el Hospital Baxada busca detectar si existen diferencias entre dos esquemas de aplicación de PRP: algunos pacientes la reciben cada 15 días y otros una vez al mes.
Beneficios del plasma
Cuando se centrifuga, la sangre se divide en fases: una inferior, que tiene los glóbulos rojos; una intermedia con glóbulos blancos; y una superior, donde quedan concentradas las plaquetas en el plasma. Leandro Mayrata, bioingeniero y becario Doctoral del Instituto de Bioingeniería y Bioinformática (IBB-Conicet-UNER) explica: “El plasma sanguíneo contiene factores de crecimiento y mediadores inflamatorios. La inflamación es una respuesta biológica esencial en el proceso de curación, ya que facilita la regeneración de tejidos dañados. En el caso de la articulación de la rodilla, donde no hay una disponibilidad local de plasma, se administra mediante inyección para promover la recuperación en el sitio afectado”. Esa actuación del plasma hace que algunos pacientes se van del hospital, luego de una sesión de PRP, con la rodilla algo inflamada.
Algunos de esos componentes del plasma promueven la regeneración del tejido dañado por esta enfermedad, que es cada vez más frecuente. Facundo Urteaga, bioingeniero y coordinador del estudio, afirma que estos tratamientos van a ser cada vez más requeridos. «El aumento de la esperanza de vida y la prevalencia de estilos de vida predominantemente sedentarios contribuyen a una mayor incidencia de artrosis en la población. Aunque el cuerpo humano puede adaptarse a una vida prolongada, el envejecimiento y la inactividad incrementan el riesgo de enfermedades degenerativas como la artrosis», señala. «Asimismo, participan pacientes con artrosis secundaria derivada de lesiones deportivas, como desgarros meniscales o rupturas ligamentarias», aclara el bioingeniero.
El tratamiento a cargo del Hospital de la Baxada, la UNER y el Conicet inició en abril y lo comenzaron casi 60 pacientes. El estudio clínico, que ese extenderá hasta mediados de 2025, requiere más de 110 participantes. Deben ser mayores de 35 años con artrosis diagnosticada, independientemente del grado, desde el más leve al más severo.
El estudio consiste en tres sesiones de aplicación de PRP y seguimiento con controles hasta un año después del tratamiento. La extracción de sangre es de una cantidad intermedia: un poco más de la requerida para análisis clínicos pero menos de la que se saca para donación. Previamente se controla a los pacientes con un chequeo médico.
Desde la Universidad y el Hospital informaron que están completos los cupos para este año, aunque es inminente la apertura de la convocatoria para participar del estudio en 2025. “Los pacientes han presentado gran predisposición a participar del estudio”, resaltaron los bioingenieros. Y señalan: «En principio observamos una buena adherencia al esquema de tratamiento por parte de los participantes».
Mayrata, que además se especializa en el estudio del dolor (una de las áreas de trabajo de la Bioingeniería), remarca la importancia del tratamiento. “La artrosis es una enfermedad muy prevalente. Los pacientes toman muchos analgésicos para hacer frente al dolor y muchas veces permanecen inmóviles. La solución final para la mejora de la movilidad o cuando el dolor es inaguantable es el reemplazo de la articulación con una prótesis, por lo que este tipo de tratamientos son importantes para retrasar ese estadio”, describe.
Aportes de la Universidad
Mayrata menciona que el beneficio de este tipo de estudios clínicos para la ciencia es la expansión del conocimiento a nivel global. Pero resalta el impacto a nivel local y social de estos proyectos. Por un lado, se transfiere a la salud pública un tratamiento de calidad que hoy no está presente y no se cubre por obras sociales. Además, la máquina centrífuga (necesaria para producir el plasma) quedará para el hospital. Por otro lado, los médicos recibieron capacitaciones en este tipo de tratamiento. Y la Facultad obtiene conocimiento, a través de la investigación, que luego transforma en herramientas tecnológicas para realizar mediciones exactas, por ejemplo, de fuerza muscular.
Por último, el coordinador del estudio expresa su agradecimiento al personal y a las autoridades del Hospital de La Baxada (médicos, bioquímicos, secretarias, personal de extracción y difusión), quienes forman parte del equipo de trabajo. “Su aporte en cada jornada es invaluable. El Hospital no solo proporciona infraestructura, insumos y desayunos para cada sesión. Además, el trato cordial y atento de sus profesionales hacia los participantes tiene un impacto muy positivo en los pacientes y sus familias», enfatiza Urteaga.
“Estamos orgullosos de un estudio en el que intentamos ampliar el conocimiento respecto a la artrosis y el PRP y responder a necesidades que tiene la sociedad en nuestra región”, concluye el bioingeniero y becario Doctoral de Conicet.
Urteaga, por su parte, valora: «En un contexto donde la investigación pública está en el centro del debate, proyectos como este serían inviables sin el financiamiento del Estado, que incluye presupuesto y becas. La investigación en manos del Estado contribuye a la soberanía científica al generar conocimiento orientado a resolver problemáticas locales. Si bien el ámbito privado también realiza investigaciones, los objetivos no siempre coinciden con los del sector público, y esto es lógico, ya que ambos responden a misiones institucionales distintas».
Fuente: Universidad Nacional de Entre Ríos