Un ingeniero de la UTN explica el impacto que tiene la polución provocada por la luz artifical en la salud humana y el medioambiente. Iluminar para mayor seguridad versus la sostenibilidad del planeta. Qué medidas están al alcance de los ciudadanos para contrarrestarlo.
Es de noche. Desde el cielo se observan las luces y sombras de la ciudad. El brillo dibuja una silueta. Hay un contorno de oscuridad. Son los ríos, la laguna Setúbal, los campos. Luces y sombras forman así una figura. Se pueden adivinar la Costanera, el Puente Colgante, los grandes parques, las avenidas, los barrios. Adentro de cada hogar la gente duerme. Pero la ciudad está despierta, iluminada. Ese exceso de luz permite ver, brinda seguridad. Y también puede transformarse en contaminación que enferma. Puede transformarse en una epidemia.
“Cuando vemos la imagen satelital de una ciudad de noche, lo que primero vemos es su grado de desarrollo económico”, dice el ingeniero electricista José Stella, un apasionado investigador del tema que pertenece a la Universidad Tecnológica Nacional de Santa Fe (UTN). “Aquellas zonas más iluminadas del mundo son las más desarrolladas”, explica luego. Ese desarrollo traducido en infraestructura para iluminar la ciudad y brindar así seguridad también puede tener un impacto nocivo.
“La contaminación lumínica es el brillo o resplandor de luz producido por fuentes artificiales”, dice Stella. Ese brillo se genera a través de la reflexión y difusión de luz artificial en los gases y en las partículas del aire. Esto ocurre por el uso de luminarias inadecuadas o el exceso de iluminación. Ese mal apantallamiento de la iluminación de exteriores envía la luz de forma directa hacia el cielo en vez de ser utilizada para iluminar el suelo. “Esta contaminación impacta no solo en el ser humano sino en la vida”, advierte el especialista.
“Primero, para generar esa iluminación es necesario consumir energía. En Argentina esa energía viene de combustibles fósiles”, dice Stella. “Segundo, si se genera mucha iluminación hay que apantallarla y bloquear las ventanas con algún cerramiento”, dice. “Y tercero, hay que saber que esa contaminación también altera la fotosíntesis de las plantas, y produce efectos nocivos en animales”.
En ese sentido, la ciencia pudo determinar a nivel global una correlación entre los altos niveles de contaminación y una mayor incidencia de enfermedades como el cáncer. También comprobaron -como ya se dijo- un impacto negativo en animales y vegetales. Los árboles sometidos a la luz de un farol crecen distinto a los de la isla.
-¿Hay contaminación lumínica en la ciudad de Santa Fe? -preguntó El Litoral al ingeniero Stella.
-Si uno mira la ciudad de Santa Fe desde el cielo se observa que existe una polución lumínica interesante. Hay zonas con mayor intensidad lumínica que otras, lo que obedece a una concentración. Y cuando uno se acerca se observa como una burbuja. Otra variable para analizar es el rango de espectro que emite la luz, que tiene que ver con la tecnología utilizada para iluminar. Vemos una tecnología led con un color más blanco y otras zonas con vapor de sodio, con un color anaranjado.
Luego de describir esta radiografía que se puede observar a simple vista, Stella advirtió que “no existen estudios que determinen de manera seria, metodológica y a lo largo del tiempo, la contaminación lumínica de la ciudad de Santa Fe”. Y agregó: “Lo que se puede decir que se hizo fue reemplazar la tecnología de vapor de sodio por led. Esto provoca que a un mismo nivel de iluminación se consuma menos energía. Pero sólo se cambiaron los focos, y no las columnas ni el cableado. No se hizo un estudio serio de iluminación.
-¿Cómo se mide el impacto de la polución lumínica en la población?
-Hay imágenes satelitales disponibles en Internet que muestran cómo una ciudad tiene mayor emisión o resplandor que otras con menor iluminación. Donde hay colores más intensos (rojos) existe mayor polución lumínica. Y a los que vivimos en las ciudades ese resplandor nos impide ver el cielo. Mientras que el hombre de campo tiene la ventaja de mirar el cielo y ver las estrellas.
-¿Por qué impacta menos la luz led?
-Porque utiliza menos energía para iluminar, es más eficiente. Tiene más lúmenes por wats consumidos. Y además su tecnología más avanzada permite regular mejor el rango de espectro visible.
-¿Qué puede hacer la ciudadanía para contrarrestar el impacto de la contaminación lumínica?
-Lo mismo que puede hacer el Estado con el alumbrado público. Primero se debe calcular, diseñar y realizar de manera correcta. Lo que se debe lograr es el apantallamiento del alumbrado tanto público como particular, para que ilumine para el suelo y no para el cielo. Y adentro del hogar, hay que colocar cortinas.
Fuente: El Litoral