La investigadora de la UNR, Evelyn Tevere, estudia la biología del parásito responsable de la enfermedad para luego diseñar nuevas vacunas, medicamentos o tratamientos.
El Trypanosoma cruzi), que puede ocasionar lesiones en corazón, aparato digestivo y sistema nervioso.”>Chagas fue descubierto hace más de un siglo pero pertenece al grupo de “enfermedades desatendidas” porque son muy pocos los recursos que se destinan a su prevención, tratamiento e investigación. Se considera una enfermedad de la pobreza y por lo tanto poco redituable para la industria farmacéutica.
Esta afección es el resultado de un problema de salud complejo, típico de las enfermedades socialmente determinadas. Se da en América Latina, principalmente en Brasil y Argentina, y actualmente se considera que hay unos 7 millones de personas infectadas a nivel mundial.
Históricamente, estuvo asociada con la vida en el campo y la convivencia con el parásito Trypanosoma cruzi y su vector, la vinchuca. Sin embargo, la migración a las ciudades la fue desplazando a las zonas urbanas. Las dos vías principales de transmisión son la vectorial, cuando la vinchuca infectada pica a una persona, y la vertical, cuando una madre embarazada le contagia la enfermedad a su hijo.
Una vez que se detecta, existen dos drogas capaces de matar el parásito pero a la vez muy tóxicas para el ser humano: el benznidazol y el nifurtimox. De todos modos, en las formas crónicas, el parásito se mete dentro de las células y allí las drogas no lo alcanzan. En cincuenta años no se investigó ni buscó otra droga.
La investigadora Evelyn Tevere, de la UNR, se dedica a estudiar la biología del parásito responsable de la enfermedad. Este es incapaz de producir una molécula esencial para su desarrollo llamada hemo, por lo cual la obtiene “robándola de sus hospederos”, explica. En el laboratorio indaga cómo el parásito logra captar, transportar y utilizar esta molécula de su hospedador.
“Si se pudiera bloquear la incorporación de ese nutriente, el parásito no podría vivir”, afirma y considera que con esta investigación se podrán evaluar blancos quimioterapéuticos para el diseño de fármacos que permitan a futuro contar con nuevos tratamientos.
“Primero, hay que conocer la biología básica del parásito para después poder diseñar vacunas, medicamentos o estrategias”, afirma Evelyn, que desde hace siete años se dedica a investigar este tema en el laboratorio. “Siempre tuve la idea de devolver a la sociedad lo que la Universidad me había dado, entonces, decidí investigar sobre una enfermedad que está desatendida y hacer un aporte a la sociedad”.
Una de las características más preocupantes del Chagas es su naturaleza silenciosa y crónica. Muchas personas infectadas pueden no mostrar síntomas durante años o décadas, lo que dificulta su detección y tratamiento oportunos. Sin embargo, la enfermedad puede causar graves complicaciones a largo plazo, como problemas cardíacos y digestivos, e incluso puede ser mortal si no se trata adecuadamente.
Lleva el nombre de Carlos Chagas, un médico e investigador brasileño, que el 14 de abril de 1909 la diagnosticó en una persona por primera vez. Por eso, todos los 14 de abril se celebra el Día Mundial de la Enfermedad de Chagas.
Investigar en el país
Tevere estudió en la Facultad de Ciencias Bioquímicas de la UNR y luego hizo el doctorado en Ciencias Biológicas en el laboratorio de Biología y Bioquímica de Trypanosoma cruzi del IBR. En 2021 ganó la Beca de movilidad con perspectiva de Género que otorgaba el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología en conjunto con el Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad de la provincia de Santa Fe.
Esta beca le permitió realizar una estadía de investigación en el Centro para Enfermedades Tropicales y Globales Emergentes de la Universidad de Georgia, Estados Unidos. Allí estuvo 45 días trabajando en el laboratorio del Dr. Ronald Drew Etheridge sobre una de las vías de incorporación del hemo que es la endocitosis.
Con los experimentos que hizo en Estados Unidos y los que ya venía desarrollando de su tesis, publicó un paper en diciembre del año pasado en la revista FEBS Journal. Además, la foto de su investigación fue elegida para la tapa. Se trata de una imagen de alta resolución tomada a partir de una técnica reciente de microscopía de fluorescencia en la que se especializa uno de los becarios del laboratorio norteamericano. Actualmente realiza su posdoctorado con el estudio de otra proteína relacionada con el hemo.
Evelyn cuenta que se trata de desterrar el término “Mal de Chagas” porque tiene una connotación negativa y estigmatizante para el paciente. Suena a maldición y da a entender que es algo que no se conoce. Pero lo cierto es que actualmente en nuestro país se investiga desde muchos aspectos. Por ejemplo, algunos intentan desarrollar kit diagnósticos, otros estudian cómo el cuerpo responde inmunológicamente a la enfermedad o cómo es la transmisión de las embarazadas al bebé.
¿Qué le diría a un aspirante a investigador? “Que es difícil pero muy gratificante cuando al fin un experimento sale bien. Después que lo repetiste cinco veces, cuando por fin te aceptan la publicación, cuando participás en un congreso o te sale una beca para viajar al exterior, son las cosas lindas de la investigación. A veces es frustrante y más en este contexto actual pero es muy gratificante poder descubrir lo que no se conocía y aportar algo nuevo”.
Fuente: Universidad Nacional de Rosario