María de los Milagros Colobig es licenciada en Antropología por la UNR; profesora de Enseñanza Superior en Antropología por la UCU; máster en Museología por la Universidad de Valladolid (España) y doctora en Humanidades y Artes con mención en Antropología por la UNR.
“Desde 2005 me desempeño en UADER como docente investigadora, primero en la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales y luego en la Facultad de Ciencia y Tecnología”, cuenta.
Desde esta última unidad académica, Milagros postuló su PICTO titulado “Estudio de las variaciones paleoambientales y su relación con las poblaciones humanas en las terrazas altas del río Paraná de la provincia de Entre Ríos durante el Holoceno”. La unidad ejecutora del mismo es el Centro de Investigaciones Científicas y Transferencia de Tecnología a la Producción (CICyTTP) de Diamante, un ámbito de administración compartida por la facultad, el Gobierno de Entre Ríos y el CONICET, donde ella realiza sus tareas a diario.
“Esta postulación surgió de la necesidad de conseguir recursos económicos para la investigación, pero además pensar y escribir los proyectos siempre ayuda a ordenar la información, a fijar objetivos, plazos, actividades”, destaca Milagros y agrega puntualmente que “este proyecto nos permite comprar equipamiento y tener recursos para organizar el trabajo de campo, lo cual en arqueología es muy importante, porque los materiales que recuperamos de las islas o de las colinas altas de la provincia, son nuestros insumos para interpretar la historia”.
En cuanto a sus rutinas de trabajo y lo que implica en concreto investigar en la Universidad, Milagros explica: “Al ser investigadora del CONICET, investigar es junto con la docencia una actividad que realizo la mayor parte del día. La investigación tiene por lo menos tres partes: el trabajo de campo, el laboratorio y el gabinete”. En el primero, “realizamos campañas para recuperar material arqueológico enterrado en diferentes áreas de la provincia”, relata. Luego, en el laboratorio, “procesamos ese material, en mi caso lo que hago es recuperar del sedimento restos microscópicos de plantas que me ayudan a entender cómo usaron los recursos vegetales los grupos humanos en el pasado”. Finalmente, “en el gabinete observo y analizo al microscopio esas muestras procesadas y elaboro interpretaciones que luego serán parte de los trabajos que se publican en revistas científicas”.
En relación al rol de la mujer en la ciencia, Milagros considera que tanto en el Centro de Investigaciones de Diamante como en la FCyT en general, “se repite la tendencia de que cada vez más mujeres ocupamos más lugares” en la actividad científica. “Me parece que son espacios que tenemos que valorar e imprimirles nuestra impronta, porque las mujeres le damos una mirada particular”, dice y reconoce que “igualmente falta mucho por hacer en este ámbito, porque los lugares de mayor jerarquía en investigación los siguen ocupando mayoritariamente los varones”.
Señala en relación a ello que “las mujeres siempre tenemos a cargo de las tareas del hogar y del cuidado, que no son reconocidas, y sin embargo en las exigencias para avanzar en el camino de la investigación estamos a la par con los hombres, quienes por lo general no tienen como adicionales esas tareas”. Y advierte que si bien las mujeres “contamos con licencia por maternidad, la producción en definitiva tiene que ser sostenida y ahí surge una desigualdad respecto del varón”. Aunque “hay mucho por hacer, se ha avanzado bastante en estos últimos años”, concluye.
Desde la Universidad, consideramos que sin dudas los gobiernos deben garantizar la perspectiva de género y fortalecer la inversión en ciencia y tecnología, con carácter federal. Y que mientras esto se disputa en el ámbito político, debemos seguir alentando a nuestros estudiantes para que abracen la vocación de investigar, pese a todo.
Que sepan, al ingresar a nuestras aulas, que con la construcción de nuevos conocimientos, la sociedad gana. Que a medida que avanzan en el cursado de una carrera, ya pueden iniciarse en el camino de la investigación. Y que la Universidad Pública es la garantía de que siempre pueda haber grupos de personas investigando y buscando soluciones a problemas que afectan el desarrollo de nuestra provincia, generando nuevos conocimientos sobre diversos temas y problemas que involucran, de algún modo u otro, al conjunto.
Fuente: Universidad Autónoma de Entre Ríos