Clara López Verrilli cruza escritura, pintura y espacio público

Por Redacción IDL

En la esquina de Salta y Paraguay apareció la palabra “verbo” pintada de color negro en un cartel publicitario Fue tapado, intervenido con fibrones y lapiceras, arrancado varias veces, pero vuelve a aparecer. ¿Qué significa? Algunos transeúntes piensan que se trata de una publicidad novedosa o un experimento social de esos que circulan en redes sociales. Los comerciantes del barrio fueron testigos de las al menos cinco veces que la palabra fue pintada y algunos vecinos incluso registraron la escena.

Se trata de una propuesta artística de la comunicadora social y docente de la UNR Clara Lopez Verrilli denominada “La poesía no es un proyecto” que cruza escritura, pintura y espacio público. La obra continúa en la Galería eSTUDIOG, en Catamarca 1427, donde se exhibe en video y fotografías esa intervención con la calle como protagonista, junto a una serie de pinturas en sala. Se genera así un diálogo entre lo que pasa en la calle y lo que sucede en la galería, ampliando los límites de lo que entendemos como “poema”.

Según comenta la autora, el punto de partida fue la lectura del libro “Escribir” de Marguerite Duras que ya en la primera página tiene más de cincuenta verbos. Con esa idea de que el verbo hace mover la historia, avanzar un relato y crear la imagen, empezó a subrayarlos y escribirlos con lápiz en las hojas de un cuaderno escolar.https://www.instagram.com/reel/DOgjT5kjv5U/embed/captioned/?cr=1&v=14&wp=1012&rd=https%3A%2F%2Funr.edu.ar&rp=%2Fampliar-los-limites-del-poema%2F#%7B%22ci%22%3A0%2C%22os%22%3A1206.7000000001863%2C%22ls%22%3A812.3999999999069%2C%22le%22%3A1198.2000000001863%7D

De esa lectura y búsqueda obsesiva pasó al análisis sintáctico, a marcar sujeto, predicado, verbo, objeto directo, indirecto y a tener dudas sobre qué eran algunas palabras porque operan distinto en relación a las que tienen al lado. “Me propuse el ejercicio de estudiar sintáctica y morfológicamente la construcción de textos que me hubiera gustado haber escrito. Se me ocurrió que, si lograba descifrar cómo estaban hechos iba a poder escribir los míos así”, dice.

Esa idea fue creciendo y el cuaderno quedó chico. Pasó a hojas sueltas A4, A3, A2, cartulinas, empezó a ensamblarlas hasta que se dio cuenta que necesitaba otra escala. Pasó del lápiz al acrílico y de ahí a la brocha gorda, el séxtuple y la calle. Inspirada en el ensayo homónimo de Dorothea Lasky  que sostiene que los poemas no se proyectan: crecen, como cosas vivas que brotan del suelo, Lopez Verrilli  trasladó su experiencia al espacio público.

Primero hizo una caminata en busca de séxtuples. Pensó cómo vincularlo con la Galería como las líneas del análisis sintáctico y eligió la esquina de Paraguay y Salta. Ahí pintó la palabra “verbo” y dentro de la galería están todos los otros elementos que componen los poemas que le hubiera gustado haber escrito: pinturas en pared de las palabras, del análisis sintáctico y un televisor donde se proyecta el registro audiovisual de la pintura en la calle. Allí puede verse gente caminando que para y pregunta: ¿Qué está pasando? ¿Esto es una publicidad?  ¿Se trata de un experimento para redes sociales? “Está bueno cuando pasan estas situaciones de extrañamiento que te sacan de lo  ordinario y te corren un poco las antiparras”, expresa la artista. Otros que entran a la galería dicen: “Ahh esto tiene que ver con el cartel de la esquina”.  La imagen también circuló en redes por lo que hay gente que lo vio y dice: “Encontré el cartel”, con una sensación de hallazgo.

Los séxtuples tienen una lógica masiva, generalmente con un fin publicitario en la vía pública pero aquí hay un objetivo completamente opuesto, el artístico. La mayoría piensa que se trata de en una publicidad. “Cuesta pensar en algo que no tenga que ver con la venta”, afirma la comunicadora y cree que se relaciona con las posibilidades de leer una imagen, interpretarla, vincularla a algo, asociarla a otras lecturas. En este caso hay diferencias con la imagen publicitaria porque no está impresa, es manual y va cambiando. Tampoco es una obra que rápidamente se asocia al código artístico tradicional, sino que pide un esfuerzo.

La artista cuenta que los minutos que está pintando en la calle se concentra sólo en eso, pero desde el ángulo de enfrente hace un registro audiovisual y fotográfico de lo que pasa alrededor y a su vez, toma nota de las conversaciones que surgen como “una crónica de la vida del cartel en la calle”. Cuando luego lo mira, se encuentra con escenas que son marcas de época, de ciudad. Desde cómo están ubicados los contenedores, un cadete que pasa en moto con su mochila, alguien en un monopatín de última generación, pero también un Renault 12, un perro, un runner. “Ese es el repertorio de acciones que conviven con la obra”, dice.

Esta exposición tiene la particularidad de abrir una conversación a un campo que no es puramente artístico, sino el de la calle. La artista toma registro de esa espontaneidad que empieza también a formar parte de la obra. En un momento el cartel fue arrancado, abajo empezaron a aparecer otras palabras y entre el ángulo de la V, había una sonrisa. Actualmente tiene cuatro o cinco capas de papel entre lo arrancado, la pintura y las letras de lejos. En este sentido la prolijidad no es una búsqueda, al contrario, es que se vea todo eso que pasó.https://www.instagram.com/reel/DOHBZYwDnVg/embed/captioned/?cr=1&v=14&wp=1012&rd=https%3A%2F%2Funr.edu.ar&rp=%2Fampliar-los-limites-del-poema%2F#%7B%22ci%22%3A1%2C%22os%22%3A1211%2C%22ls%22%3A812.3999999999069%2C%22le%22%3A1198.2000000001863%7D

Es decir que en el proceso fueron surgiendo distintas situaciones que  modificaron la obra. Para la autora, esos cambios en la pieza también son parte. “La calle me ofreció sus imprevistos y todo lo que pasa cuando se le da lugar a que otro pueda decidir intervenir, arrancar, tapar, mirar, romper, tachar y todas las acciones que habitan dentro de un verbo”. 

En un momento donde la educación pública y las áreas más vinculadas a lo social y humanístico son criticadas en un sentido negativo, la docente destaca que su formación en la Universidad Pública es central en el modo de producir y posicionarse ante cualquier instancia laboral, artística, profesional, “porque todo el tiempo estoy atravesada por lo que aprendí y me ofreció la Universidad”. Siente que uno de los lugares más gratificantes en su práctica docente y artística es encontrar otro modo de leer, mirar, vincular los textos y es lo que busca compartir.

Lopez Verrilli forma parte del equipo de gestión y producción de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario y es miembro del Centro de Estudios Arte y Contemporaneidad de la Universidad Nacional de Rosario. La exposición puede visitarse durante el mes de octubre en eSTUDIOG, Galería Dominicis, Catamarca 1427, de miércoles a viernes de 16 a 20 horas y los sábados de 11 a 14 horas con entrada libre y gratuita.

Periodista: Victoria Arrabal/Fotógrafa: Majo Badra

Fuente: Universidad Nacional de Rosario

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