En el Día Mundial de la Enfermedad de Chagas, que se conmemora cada 14 de abril, la Universidad Nacional del Litoral da visibilidad a la temática enfatizando en la necesidad de realizar intervenciones para su prevención, control y para poder avanzar hacia su eliminación.
A partir del año 2020, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 14 de abril de conmemora del Día Mundial de la Enfermedad de Chagas. Esta fecha fue elegida debido a que este día, en el año 1909, Carlos Chagas diagnosticó el primer caso de la enfermedad en un ser humano.
En consonancia con los objetivos centrales de esta iniciativa, desde la Universidad Nacional del Litoral (UNL) se trabaja para dar visibilidad a las personas afectadas y para sensibilizar a la sociedad sobre esta enfermedad. La intención es poner en discusión, en los distintos niveles, los recursos e intervenciones necesarias para su prevención, detección precoz, control y para poder avanzar hacia su eliminación.
Según la OMS, en nuestro país, hay más de 1.5 millones de personas con infección por Chagas en estadio crónico y cada año nacen alrededor de 1500 niños y niñas con Chagas connatal, es decir, transmitidos desde la persona gestante al feto durante el embarazo. Pese a esto, y a que es una afección global, la enfermedad de Chagas es una de las llamadas «enfermedades olvidadas» o «desatendidas».
Características
El Chagas es una enfermedad causada por el parásito Trypanosoma cruzi; afecta a entre 6 y 8 millones de personas y es endémica en 21 países de Latinoamérica, donde unos 70 millones de personas viven en áreas de riesgo. No obstante, con el aumento de las migraciones y los viajes internacionales, también se están declarando casos en Estados Unidos, Europa, Australia y Japón. Aunque en los últimos 30 años se ha avanzado mucho gracias al control vectorial en los países endémicos, existe una gran brecha en la disponibilidad y acceso al diagnóstico y tratamiento. Se estima que más de 70% de los infectados desconocen su estado y que sólo el 10% recibe tratamiento de manera efectiva.
Transmisión
El vector que transmite el Mal de Chagas, denominado Trypanosoma cruzi, es un insecto conocido como triatomino, o llamado popularmente vinchuca, chinche picuda o barbeiro según la zona geográfica. Este insecto vive en las grietas de paredes y techos de las viviendas construidas con ladrillos de adobe, ramas o paja, es decir las viviendas más precarias.
En los países endémicos, la vía de transmisión clásica es la vectorial: el parásito pasa a la persona a través de las heces del insecto depositadas en la piel o en la mucosa. Existen otras vías de transmisión no vectoriales, como la transmisión de madre a hijo durante el embarazo, las transfusiones de sangre, el trasplante de órganos y la ingesta de alimentos contaminados. No se transmite por contacto directo con personas infectadas.
Síntomas más comunes
La enfermedad evoluciona en dos fases -la aguda y la crónica- y cada una de ellas tiene características clínicas y criterios diagnósticos y terapéuticos diferentes. Generalmente, en la fase aguda, la enfermedad es asintomática y evoluciona a la cronicidad en ausencia de tratamiento. Sin embargo, cerca del 30% de los infectados crónicos desarrolla problemas clínicos irreversibles, siendo los cardíacos los más comunes. Más del 80% de los fallecimientos causados por el Chagas se relacionan con complicaciones cardíacas, tales como el fallo cardíaco, las arritmias y los tromboembolismos.
Diagnóstico
En la fase aguda, en los primeros 30 a 90 días de la infección, se caracteriza por la elevada presencia de parásitos en la sangre y por tanto puede diagnosticarse con métodos parasitológicos directos (que permiten visualizar directamente el parásito).
En la fase crónica, la OMS recomienda el diagnóstico mediante dos pruebas convencionales de laboratorio para detectar anticuerpos contra el Trypanosoma cruzi y un tercer análisis en caso de discordancia. Esto implica contar con un laboratorio preparado y personal capacitado, lo que supone una barrera en los países donde estos recursos tecnológicos y profesionales escasean. Para los enfermos, se traduce en una espera de semanas para conocer el resultado de las pruebas tras una extracción de sangre.
Tratamiento
Benznidazol y Nifurtimox, desarrollados hace 4 décadas, son los únicos dos medicamentos específicos para tratar el Chagas. La tasa de curación es de casi el 100% en la fase aguda, pero se va reduciendo a medida que pasa el tiempo entre la infección y el inicio del tratamiento. Aún así, los estudios han demostrado que es posible tratar con buenos resultados a pacientes en las primeras etapas de la fase crónica incluso cuando el corazón o el aparato digestivo están levemente afectados.
Estos tratamientos tienen efectos adversos -leves casi siempre- y más frecuentes cuanto mayor es el enfermo; de ahí que los médicos tradicionalmente hayan sido reacios a tratar a los pacientes adultos. Esta situación ha empezado a cambiar en los últimos años, al comprobarse que, en la mayoría de los casos, los efectos secundarios pueden tratarse dentro de la atención primaria de salud.
Fuente: Universidad Nacional del Litoral