La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido a la “vejez” como una enfermedad, en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (International Code of Diseases – ICD) en su edición 11º, cuya publicación está prevista para el mes de enero de 2022. Ante este hecho, entidades gerontológicas -entre ellas organizaciones de la región- firmaron una declaración oponiéndose a la clasificación.
El documento lleva un título contundente “¡Vejez no es enfermedad!”, tiene el aval de numerosas organizaciones de Argentina, entre las cuales se encuentran: Departamento de la Mediana y Tercera Edad – Facultad de Ciencias de la Educación (Universidad Nacional de Entre Ríos); Departamento de Personas Mayores – Facultad de Ciencias de la Vida y la Salud – Universidad Autónoma de Entre Ríos; Centro de Investigación en Derecho de la Vejez – Facultad de Derecho (Universidad Nacional de Rosario). Estas entidades consideran el envejecimiento como un fenómeno global y multigeneracional que se está profundizando, se estima que en pocos años las personas mayores representarán el 20% del total poblacional. Asimismo, destacan el aporte de esta generación en los diferentes planos de las sociedades -cultural, político, económico- y reivindica su dignidad, derechos y libertades.
La declaración sostiene que es un error conceptual considerar la vejez como enfermedad y que no cuenta con bases científicas sólidas que la respalden. También expone los datos de la “Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores de Argentina (Encaviam, 2014)” en la cual se muestra que sólo el 10% de la población de 60 a 74 años y el 40% de 75 y más años, sufren alguna enfermedad que les genera dependencia.
De acuerdo a Julian Osoro, Coordinador del Departamento de Personas Mayores de la UADER, debe cuestionarse el propio concepto que la OMS tiene de salud como la ausencia de enfermedad: “Si vamos a ver a las personas mayores exclusivamente desde lo orgánico y biológico, claramente vamos a ver un deterioro normal del transcurrir del tiempo. Todos estamos envejeciendo desde el momento que nacemos hasta el último día”. Tiene que ampliarse esta concepción hacia una perspectiva biológica, psicológica y social para comprender la vejez como una etapa más de la vida en donde las personas pueden estar activas, tomar sus propias decisiones y aportar a su comunidad.
Un problema cultural
La decisión de la OMS contribuye a profundizar los estereotipos y prejuicios contra la vejez. Como sostiene Osoro: “En la sociedad en la que vivimos existe una representación sumamente negativa. Hacemos una relación entre lo viejo y lo roto, lo desechable, lo lento. Hay un gran prejuicio”. Se naturalizan ciertas concepciones y el lugar que se le da en la sociedad a las personas mayores. Surge entonces una vulneración de derechos a partir de la negación de la vejez, “la niñez produce niños, la adultez produce adultos, pero no podemos hablar de viejos y viejas porque a la gente le suele caer mal”, plantea el entrevistado.
El “viejismo” al cual se opone la declaración, es la discriminación de las personas por ser mayores. Ello genera el desarrollo de creencias, conductas, prácticas sociales y discursivas, políticas económico-sanitarias y legislaciones que promueven una representación negativa en nuestra cultura.
En la vejez, al igual que en las demás etapas de la vida, se producen modificaciones bio-psico-sociales, sin que ello signifique que se generen lesiones o trastornos. Se puede comprobar con la Encaviam (2014), la gran mayoría de las personas mayores son independientes, activas y saludables. Son parte de la ciudadanía, aportando su sabiduría, experiencia y productividad.
Las personas mayores en la región
La Convención Interamericana de los Derechos para las Personas Mayores hace una diferenciación sobre cuándo comenzaría la etapa de la vejez. En los países desarrollados se da a partir de los 75 años de edad mientras que en los países menos desarrollados -entre los cuales se ubica Argentina- a partir de los 60. Lo cual nos lleva a pensar que esta etapa se transita de diferentes modos según el lugar y las condiciones de vida. De acuerdo a Osoro: “En todo el mundo se envejece de maneras totalmente diferentes. Por eso se habla de vejeces. No es lo mismo envejecer en Córdoba, que en Buenos Aires o Paraná. De hecho, en Paraná no es lo mismo envejecer en un barrio que en el centro. Incluso dentro de una casa no es lo mismo envejecer para dos personas, porque sus historias son distintas, las identidades que forjaron a lo largo de su vida son diferentes.”
No obstante, el Coordinador del Departamento de Personas Mayores señala una problemática propia de nuestra región que tiene que ver con el “acceso”: a una buena jubilación, a la salud, a una vivienda propia. Disponer de “las cosas básicas es fundamental para un buen envejecer, y se sabe los números que hay en Argentina de pobreza.”
Desde el Departamento de la UADER trabajan teniendo en cuenta las construcciones culturales sobre la vejez y las dificultades contra las que se enfrenta en nuestra región. Realizan capacitaciones a estudiantes y profesionales, para poder garantizar una buena atención a las personas mayores. Por otra parte, proponen diferentes jornadas de sensibilización -sobre el Día de la Toma de Conciencia del Maltrato en la Vejez; el día Mundial de la Lucha contra el Alzheimer, entre otras. También, llevan a cabo talleres con personas mayores. Hasta el año 2019 -con la presencialidad- realizaron 147 talleres -teatro, inglés, inclusión en nuevas tecnologías, estimulación cognitiva, literatura, coro, etcétera- en toda la provincia. “Siempre en conjunto con el territorio, es clave para nosotros trabajar con los municipios, clubes, ONG, centros de jubilados. Si bien es un trabajo que es muy complejo porque hay muchos actores en el medio, también, es mucho más rico porque te fortalece y conocés diferentes realidades”, concluye Osoro. Ante la pandemia y el aislamiento social de los últimos años, generaron una campaña que se denomina “Estar aislado no significa estar solo” en la cual colocaron a disposición contactos del personal y las redes sociales para acompañar a las personas mayores en este contexto particular.
« Declaración ¡VEJEZ NO ES ENFERMEDAD!»