El investigador Iván Novara explicó las razones por las que el núcleo interno no se ha frenado y que pasaría si eso ocurriera.
Durante el mes de enero comenzó a circular una noticia que afirmaba que el núcleo de la tierra se había detenido. El hallazgo se había dado a partir de una investigación publicada por la revista Nature, y cientos de medios a lo largo del mundo hicieron eco de la noticia. Esta información generó un alerta catastrófica y distintas versiones se fueron entrecruzando, produciendo una gran bola de nieve difícil de parar.
Ivan Novara, docente de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura, y que dictó la asignatura electiva Geofísica, explicó las consecuencias reales de este fatídico suceso hubiera ocurrido y desestimó que vaya a suceder en el corto plazo.
La Tierra está formada por la corteza, el manto y los núcleos interno y externo. El núcleo interno sólido está situado a unos 5.000 kilómetros por debajo de la corteza terrestre y está separado del manto semisólido por el núcleo externo líquido, lo que permite que el núcleo interno gire a una velocidad distinta de la rotación de la propia Tierra.
“Lo primero que hay que decir es que para entender la estructura interna de la tierra es interesante asemejarse a la estructura interna del átomo: nosotros no podemos abrirlo y mirar que hay dentro, entonces lo que hacemos es hacerlo interactuar con otros átomos para poder comprenderlo. En el caso de la tierra lo que hacemos es conocerla a través de los terremotos”, explicó el especialista.
De esta manera, es necesario hacerlo con terremotos de mucha energía que penetren el núcleo interno. “La estructura de la tierra la podemos comparar a un huevo duro: tenemos la corteza de 40 kilómetros que sería como la cáscara, luego el manto que vendría a ser como la clara, y luego existe el núcleo externo y el núcleo interno”.
El núcleo externo es de un material fundido, es decir, se maneja como un fluido. En cambio, el interno es sólido de hierro y níquel. “Se puede detectar desde la superficie que lo que genera el campo magnético del núcleo externo es el movimiento, que junto con el interno, forman el campo magnético de la tierra”.
La investigación que generó la noticia falsa sobre el detenimiento del núcleo de la tierra fue realizada por Yi Yang y Xiaodong Song, dos científicos de Pekín quienes midieron terremotos potentes que penetraron en el núcleo interno y su réplica en otro punto de la tierra. “Lo que se hace es buscar un terremoto que vaya en la dirección en la que gira el núcleo interno y encontrar otro que vaya a la dirección opuesta, para con esa diferencia de tiempo detectar si el núcleo interno está con una velocidad mayor o menor girando con respecto al manto”.
En el artículo en cuestión se afirma que el núcleo interno se ha frenado, aunque la primera oración aclara que es con respecto al manto. “Es decir, todo está girando pero lo que ha ocurrido es que simplemente el núcleo interno está girando a una velocidad menor que la que gira el manto. Lo que detectan es que a partir del 2009 se ha disminuido la velocidad, lo que en realidad no es una novedad porque se ha medido muchas veces antes. Lo noticioso es que introducen que hay un ciclo de sesenta años donde el núcleo interno incrementa y disminuye su velocidad”.
¿Qué ocurriría si realmente se frena el núcleo?
Novara explicó que el núcleo interno no se va a frenar ahora ni en miles de años, pero advirtió que si eso ocurriera tendría consecuencias directas para el campo magnético de la tierra. “Gracias a esto hay vida en la tierra, porque el sol envía millones de toneladas de partículas cargadas y el campo magnético es el encargado de desviarlas para protegernos, permitiendo entrar los rayos de sol suficientes para que exista vida en la tierra”.
Entonces, si el núcleo se detuviera, la vida en la tierra dejaría de existir y es por eso que no se puede tomar tan a la ligera las informaciones que circularon en los últimos días. “El título que escribe Nature, una revista científica muy conocida y prestigiosa, fue tomado mal. La revista está dirigida a los científicos y se dan por sabidas nociones que no tienen porqué conocer una persona que esté fuera de esa disciplina”.
También se llegó a decir que el núcleo de la tierra habría invertido el sentido de rotación, una situación que tampoco resulta ser verdad. “Haciendo mediciones geomagnéticas se puede detectar que la fuente del campo magnético cae en el núcleo externo porque es fluido y gira. Si el núcleo hubiera revertido la dirección en la cual se mueve, no habría problema pero el tema es que si cambia de sentido todo, entonces cambian los polos magnéticos. Es un proceso que ya ha ocurrido, la última vez fue hace 700 mil años atrás”, detalló el investigador y agregó: “La cuestión es que cambiar los polos significa que se apague el campo magnético en algún momento, lo que haría que en ese instante la vida en la tierra esté en una situación de estado crítico”.
Sin embargo, el estudio presentado por los investigadores de Pekín es el primer estudio que arroja esta hipótesis, y como bien explicó Novara es necesario realizar otros estudios en distintas partes del mundo para poder certificar los mismos resultados. “No podemos sacar conclusiones apresuradas, es importante hacer contra estudios y profundizar bien en las mediciones para poder validar los resultados. Entiendo que será materia de estudio para otros especialistas en los próximos años. Lo que sí hay que destacar que si uno accede a la investigación original se puede observar algo muy distinto a lo que se informó en muchos medios de comunicación de distintas partes del mundo, quienes replicaron una noticia con datos erróneos”.
Una experiencia única
Durante el desarrollo de su Doctorado en Física, Novara fue realizar mediciones de gravedad y geomagnetismo en la cordillera de los Andes, más precisamente en las zonas de San Juan, La Rioja, Mendoza y Neuquén. “Mi Director era de Rosario y mi codirectora del Instituto Sismológico Geofísico Volponi, que se encuentra en San Juan. Ese espacio está dentro de las montañas, y de ahí salíamos a hacer campañas bajo las tempestades que nos toque con distintos instrumentos para poder medir el geomagnetismo, la gravedad y la altura”.
Esta experiencia la llevó a cabo durante varios años, dedicándose de lleno a estudiar la estructura andina. “Investigué a partir de mediciones de geomagnetísmo que ocurre en el magma que se encuentra por debajo de los Andes. Luego mi Posdoctorado directamente lo realicé en San Juan”. El investigador explicó que las montañas son “como un iceberg” ya que en superficie sólo se ve una parte de la verdadera estructura. “En los Iceberg se observa por fuera del agua nada más un diez por ciento del verdadero tamaño, estando el otro noventa por debajo. En el caso de las montañas es lo mismo, aunque las proporciones cambian: un treinta por ciento por sobre la superficie y hay un setenta por debajo del suelo. Es necesario estudiarlas porque con las mediciones podemos entender que está ocurriendo en las placas que se encuentran por debajo de lo que ven nuestros ojos”.
Fuente: Universidad Nacional de Rosario