Esperan que la llegada del Niño inunde estos ambientes para una mejoría más importante de la flora y la fauna acuática. La Dra. en Biología Adriana Manzano investiga tortugas y anfibios, bioindicadores de la salud ambiental.
Los humedales sufrieron graves consecuencias tras los últimos años de sequía y bajante extrema del río Paraná. Las especies de flora y fauna de estos ambientes fueron castigados por el fuego y la desconexión de las lagunas interiores con el principal curso fluvial.
Desde principio de año con el ascenso paulatino del nivel del río y con la caída de mayores precipitaciones, hay indicios de recuperación. Adriana Manzano es Dra. en Biología y Licenciada en Zoología y actualmente dirige el laboratorio de herpetología del Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica a la Producción (CICyTTP-CONICET-UADER).
En una entrevista con El Litoral, la especialista hizo un análisis de la situación en la que se encuentra el ambiente en zonas de islas. «En el mes pasado, el nivel del agua llegó a 3,50 metros, que es la altura media del río Paraná en nuestra zona, y eso permitió el ingreso de agua a las lagunas que están en las islas y un inicio de la recuperación de los ambientes isleños, aunque está faltando una inundación que cubra un porcentaje alto de las islas. Una inundación que probablemente se produzca con el advenimiento del Niño el próximo año», sostuvo.
A través de estudios en las tortugas, los investigadores pueden detectar alteraciones dentro de las células que indican contaminación del ambiente.
Manzano entiende que las islas son ambientes de humedad complejos en donde el pulso de inundación tiene un papel importante en su funcionamiento. «La estacionalidad climática es la que está marcando en estos momentos y el inicio de una etapa en donde muchas comunidades de plantas se secan y generan el material combustible que muchas veces se ve que se quema sobre fines del invierno o principios de la primavera», precisó la Dra. en Biología.
-¿Por qué es clave el ingreso de agua en estos ambientes?
-Es fundamental para muchos procesos ecológicos tanto de plantas como de animales, por ejemplo, las comunidades de anfibios se recuperan ya que pueden reproducirse; las comunidades vegetales acuáticas también se recuperan y, por sobre todo, las especies de peces que desovan dentro de las lagunas y a la vez permiten el crecimiento de los alevines (peces recién nacidos). Luego, estos alevines incrementan las poblaciones de peces pasando al canal.
Anfibios y tortugas: su importancia en el ecosistema
El grupo de investigadores que encabeza Manzano se dedica a estudiar a los anfibios y tortugas que habitan en las islas de la región litoral. Llevan adelante capturas y análisis de estas especies para conocer cuál es su situación en el ambiente.
-¿Por qué estudian este tipo de especies? ¿Qué importancia tienen para el ecosistema?
-Son bioindicadores de salud ambiental, tanto los anfibios como las tortugas. En el caso de las tortugas, a través de estudios, podemos detectar alteraciones dentro de las células que indican contaminación del ambiente. Y los anfibios son por excelencia sumamente sensibles a los cambios del ambiente porque respiran por la piel y todo pequeño cambio lo detectan, y eso se evidencia en la falta de reproducción, escasez de los animales.
«Hay tortugas de agua dulce que ponen huevos a fines de julio y principios de agosto, empieza a haber dinamismo en la reproducción», explicó Manzano.
-¿Quiere decir que donde se observan mayor cantidad de estas especies el ambiente es más saludable?
-Exacto. Cuando ves que se están reproduciendo quiere decir que el ambiente está bastante bien.
-Ahora en esta época invernal ¿Qué sucede con los anfibios y las tortugas?
-Las tortugas de agua si bien nidifican en las islas y por sobre todo en la barranca, tienen mayor capacidad de desplazamiento que un anfibio, por ejemplo. Sin embargo, su reproducción se ve afectada ya que los huevos requieren de un porcentaje humedad para que los pichones puedan eclosionar. Aunque también afecta su hábitat para encontrar comida y refugio, sobre todo en este momento en el que entran en una especie de letargo hasta pasar el invierno.
La investigadora independiente del Conicet comentó que «los anfibios son por excelencia sumamente sensibles a los cambios del ambiente porque respiran por la piel y todo pequeño cambio lo detectan».
-¿Cómo continúa la observación de estas especies?
-Ahora no salimos a muestrear porque en esta época no se los ve, entran en un letargo. Empezamos en agosto/septiembre hasta marzo/abril.
Hay tortugas de agua dulce que ponen huevos a fines de julio y principios de agosto, empieza a haber dinamismo en la reproducción. Esos huevos quedan en letargo hasta que llega el calor en noviembre/diciembre y nacen para el verano.
Fuente: El Litoral