En una era caracterizada por la rápida circulación de información, el Proyecto Desconfío tiene como objetivo generar conocimientos sobre las dinámicas de las fake news y proporcionar a periodistas e investigadores las habilidades y herramientas para identificar y desacreditarlas. Ideas del Litoral dialogó con Adrián Pino, director ejecutivo del proyecto y becario doctoral CONICET, sobre el carácter regional y global de esta problemática y las acciones posibles para combatirla.
“Vimos la necesidad de un enfoque más sistemático para comprender y combatir la desinformación». Adrián Pino y Soledad Arréguez Manozzo, coordinadora del área de Educación crearon Proyecto Desconfío en 2018, en Concepción del Uruguay, una organización no-gubernamental que ofrece formación a periodistas e investigadores. A partir de herramientas sobre cómo identificar y verificar la información y desarrolla herramientas innovadoras para ayudar en este proceso, el proyecto capacita a quienes estén interesados en esta problemática.
Desde el Proyecto trabajan con redacciones y medios de toda América Latina y desarrollan herramientas para ayudar a periodistas a identificar y analizar la desinformación en tiempo real. Una de ellas, «The Trust Editor», fue diseñada para detectar posibles problemas de calidad en las noticias antes de su publicación. “Utilizamos la inteligencia artificial para analizar los artículos y detectar posibles problemas, como la falta de fuentes o el uso excesivo de un lenguaje emocional», comentó Pino.
Además, y a pesar de la sofisticación de las nuevas formas de generación de contenido falso, los programas de «cheapfakes» o «fakes baratos» siguen siendo altamente efectivos para difundir desinformación. Un mensaje anónimo de WhatsApp o un rumor simple, pero viral, puede causar un daño mayor que un video elaborado con técnicas de deepfake. Esta realidad pone de manifiesto la importancia de comprender las dinámicas psicológicas y sociales que facilitan la propagación de la desinformación, además de las herramientas tecnológicas para detectarla.
Conocer para combatir
«Se necesita más investigación sobre las formas específicas en que se propaga la desinformación en nuestra región», dijo Pino, cuya investigación doctoral está centrada en la tipología de la desinformación en América Latina y la creación de una clasificación de las piezas desinformativas. En su tesis se propone desarrollar un sistema de clasificación de los distintos tipos de desinformación que contribuyan a una comprensión más matizada de este complejo fenómeno.
Adrián Pino identificó una carencia en la literatura académica existente y se planteó desarrollar una tipología de la desinformación que circule en América Latina y en idioma español. Para ello busca sistematizar las características de las piezas de desinformación, agruparlas en categorías y analizar sus particularidades. Y, también, contribuir con la investigación académica sobre desinformación en español, ya que la mayoría de los estudios en este campo se han realizado en inglés.
Cumbre Global
Una iniciativa clave del Proyecto Desconfío es la Cumbre Global anual sobre Desinformación. Este evento reúne a expertos de todo el mundo para debatir sobre las últimas tendencias en desinformación y fomentar la colaboración entre investigadores, periodistas y responsables políticos. «La cumbre nos permite compartir las mejores prácticas y desarrollar nuevas estrategias para hacer frente a este reto mundial», afirmó Pino.
Este proyecto ha logrado consolidar una cumbre internacional anual que se ha convertido en un punto de encuentro clave para expertos en desinformación de todo el mundo. Ante la creciente necesidad de abordar esta problemática a nivel global, los organizadores identificaron la falta de espacios de intercambio y colaboración entre investigadores, periodistas y representantes de plataformas digitales. La cumbre, que inició en 2021, ha crecido exponencialmente, atrayendo a un público cada vez más diverso y a importantes actores del sector tecnológico como Google, Meta y TikTok.
Una de las características distintivas de esta cumbre es su carácter inclusivo y gratuito, lo que permite la participación de profesionales de diversos países y contextos. Además de brindar un espacio para compartir conocimientos y experiencias, el evento fomenta la creación de redes de colaboración entre los asistentes. Pino también destacó la importancia de que América Latina tenga una mayor presencia en este tipo de eventos, ya que la región enfrenta desafíos particulares en materia de desinformación.
En estos años, la cumbre se convirtió en un foro fundamental para visibilizar las investigaciones y las iniciativas que se están llevando a cabo en la región. Potenció la generación de conocimiento y la cooperación internacional en la lucha contra la desinformación. Al reunir a académicos, periodistas, representantes de plataformas digitales y otros actores relevantes, el evento fortalece las capacidades de los profesionales de los medios y ayuda a promover el desarrollo de herramientas y estrategias más efectivas para combatir este fenómeno. Asimismo, la cumbre ha logrado posicionar a América Latina como un actor clave en la discusión global sobre la desinformación, impulsando la producción de investigaciones y la implementación de políticas públicas en esta materia.