Alejandra Panighi, la rosarina que anticipa el futuro de los medios en la Unión Europea

Por Redacción IDL

Desde Bruselas, Alejandra Panighi, egresada de la UNR,  analizó cómo se definen las leyes que transformarán el sector audiovisual, las plataformas digitales y la innovación cultural en el continente.

Alejandra Panighi es Licenciada en Comunicación Social y es egresada de la Universidad Nacional de Rosario. Desde muy temprano se interesó en explorar nuevas formas de comunicación con las nuevas tecnologías y en 2007 se trasladó a Bruselas para co dirigir el lanzamiento de Mediapro EU, empresa líder en el mercado de la radiodifusión y los medios de comunicación. Centrada en la política europea durante la última década, actúa como representante de Mediapro ante las instituciones de la Unión Europea y trata diversos actores públicos y privados de los sectores cultural y creativo. Su conocimiento de negocios y regulaciones incluye modelos de negocios auxiliares y su evolución con experiencias inmersivas, XR e IA.

“Mi trabajo consiste en anticipar, con varios años de antelación, el rumbo que tomará la regulación europea y la orientación de los fondos públicos destinados a fomentar la innovación en sectores como el cine, la televisión, los deportes en vivo, las experiencias inmersivas o la inteligencia artificial generativa. Se trata de entender hacia dónde va ese marco normativo, qué margen de maniobra tendremos, cómo deberemos posicionarnos y desde cuándo habrá que transformar nuestros modelos de negocios, porque la ley, tarde o temprano, los modificará”, explicó Panighi.

Alejandra trabaja en Bruselas, una ciudad que funciona como la sede de la Unión Europea y es el lugar donde se construyen y se discuten las grandes leyes y regulaciones que impactarán en este continente. “Cuando los países europeos adoptaron el euro en el año 2000, cedieron a Bruselas algo tan sagrado como la máquina de hacer dinero, es decir la soberanía monetaria. Desde entonces, las políticas públicas comenzaron a definirse desde allí, consolidando a Bruselas como la verdadera capital de Europa. A diferencia de Washington, que representa a un solo país, en Bruselas conviven los representantes de 27 naciones”.

Dentro de la Unión Europea conviven tres poderes. La Comisión Europea, que actúa pensando en el conjunto del continente, más allá de los intereses particulares de cada país, y cuya función principal es proponer nuevas leyes y políticas, aplicar las decisiones del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE, y gestionar el presupuesto de la UE. Como contrapeso, funciona el Consejo Europeo, que fija las orientaciones y prioridades políticas generales reuniendo a los jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembros. Y luego, se encuentra el Parlamento Europeo que representa a los ciudadanos en la proporción de partidos políticos que tengan los países. 

“El proceso legislativo de una ley dura prácticamente un año y medio o dos años. En ese proceso van dialogando las instituciones, tratando de encontrar un punto común. Una de las cosas que tiene Bruselas es que nadie tiene derecho a tomar una decisión en soledad, sino que todo es negociado. Los tres organismos consultan con la ciudadanía y con las empresas. En ese diálogo constante entre las instituciones y los lobistas, se acaba llegando a acuerdos intermedios. Eso se transforma en leyes y se transponen en los países. Es decir, cuando llegan a los países y se hacen ley en cada uno, ya están negociadas en Bruselas”, explicó Panighi. 

Desde hace años trabaja para la empresa Mediapro, un importante actor del mundo audiovisual. “Cualquier ley que afecte a lo audiovisual nos preocupa. Entonces, ya sea porque se quieren geobloquear contenidos, porque los norteamericanos quieren dejar de pagar las cuotas de contenido audiovisual europeo, o cualquier cambio de leyes que al final acaban atacando al negocio, es importante para nosotros. Entonces, mi trabajo es lograr entender, hacia dónde va la regulación europea y qué margen de maniobra tenemos, como nos posicionamos, desde cuándo tendremos que transformar nuestros modelos de negocios, porque nos cambiará la ley. Por ejemplo, ya sabemos que la Unión Europea va a liberar fondos públicos para impulsar la inteligencia artificial en las industrias creativas, especialmente en Alemania, Francia y España. Por eso, estoy en contacto con las instituciones de esos países para ver cómo podemos aprovechar esos recursos e innovar en nuestros modelos de negocio. Mi trabajo es esencialmente estratégico: asesorar sobre hacia dónde va la regulación, en qué plazos, cómo impacta en nuestra actividad y qué fondos públicos podemos utilizar para adaptarnos y sostenernos”.

¿Hacia dónde va la industria cultural en Europa?

La aplicación de la Inteligencia Artificial en distintas áreas trae aparejada la necesidad de avanzar con medidas regulatorias que marquen la cancha de los límites y sus correctos usos. Alejandra Panighi explicó que uno de los marcos normativos más importantes en Europa hoy es el Artificial Intelligence Act, una regulación que establece los lineamientos básicos sobre el uso de la inteligencia artificial. “Hay cuatro o cinco reglas clave que nos generan conflictos con Estados Unidos y las grandes multinacionales”, señaló. 

Entre ellas, destacó que no se puede utilizar la IA para crear contenidos falsos sin advertirlo explícitamente. “Si usás una voz o una imagen falsa, lo tenés que decir. Incluso si rejuvenecés o envejecés digitalmente a un actor, debe haber consentimiento escrito y una aclaración en la obra de que se usó inteligencia artificial para esas escenas”, remarcó. En ese sentido, indicó que esta regulación es muy restrictiva y que desde Estados Unidos “quieren cargársela”, ya que impone límites a la manipulación audiovisual.

Por otro lado, subrayó que el tema se vuelve aún más complejo en lo que respecta a la IA generativa. “El problema es que los sistemas de inteligencia artificial aprenden de una base de contenidos relativamente pequeña y mayoritariamente en inglés”, advirtió. Esto genera un fuerte debate en Europa, especialmente en relación con lenguas minoritarias como el vasco, el catalán o el sueco. “Hay pocos datos disponibles en esos idiomas, pocas voces e imágenes, entonces los modelos se alimentan de eso y también de sus errores”, explicó. 

Afirmó que la IA “traga de internet cosas buenas y malas”, lo que plantea serios desafíos sobre la calidad y la equidad de los aprendizajes que estas herramientas automatizadas realizan. “Por ejemplo, hay todo un tema con el clonado de voces, puedes poner a Shakira a cantar en chino y estas cosas. En esos casos tiene que haber un consentimiento de parte de la persona involucrada, pero claro, eso funciona si son gente conocida,pero si no lo son por una cuestión lógica es mucho más difícil de detectar. Entonces, es complejo el tema, es espinoso”.

En relación con el protagonismo de las grandes plataformas en Europa, Panighi destacó que “tienen una maquinaria muy poderosa” y que hay países “prácticamente rendidos” ante ellas, mientras que otros intentan resistirse y poner ciertos límites, aunque no resulta fácil. “A veces nos encontramos en un equilibrio peligroso entre cuánto buscamos restringir a estas plataformas y cuánto negociamos con ellas para que permanezcan. Empresas como Netflix generan mucho empleo en distintos países, sobre todo porque cuentan con productoras distribuidas por toda Europa. Antes de la llegada de este tipo de plataformas, la dinámica laboral en el sector era muy diferente, y por eso algunos Estados fomentan su presencia. Sin embargo, otros advierten que es solo cuestión de tiempo para que estas compañías destruyan las industrias locales e imponen sus propias reglas del juego. Francia, por ejemplo, ha adoptado una postura más restrictiva: permitió su ingreso, pero sin cederles el control total”.

De la UNR al mundo

Panighi egresó de la Licenciatura en Comunicación Social en 1989. Rosarina de nacimiento, jujeña de adopción (cuando era muy pequeña sus padres se mudaron al norte del país y recién volvió a Rosario en 1985 para comenzar la carrera), recuerda su etapa como estudiante como “una de las más bonitas de mi vida”. 

A falta de oportunidades laborales en Rosario, comprendió que la única forma que tenía de desarrollarse en el medio “era no por ser igual, sino por ser diferente”. “Siempre intenté destacar mostrando lo que me hacía diferente, aunque no fuera lo más fácil. Cuando llegué a Buenos Aires sin contactos ni padrinos, conseguí mi primer trabajo en televisión porque, en lugar de pedir una oportunidad, llevé historias para demostrar lo que podía hacer. Lo mismo me pasó después en Bruselas: cada paso lo di apostando a que mi diferencia podría servir, aunque eso implica vivir en constante contraste con la realidad que me rodea.”

A principios de los años noventa trabajó en América TV, y luego formó parte del lanzamiento de Yahoo! en Argentina y Brasil. “Aunque trabajaba en televisión, siempre me interesaron más las nuevas formas de contar historias que la tecnología en sí. De esta forma me conecté con quienes empezaban a explorar internet, y terminé dejando la tele por un tiempo para formar parte del lanzamiento de Yahoo en América Latina. Fue una experiencia transformadora: desde entonces, pienso con una cabeza híbrida, porque nunca dejé ni la televisión ni las nuevas tecnologías”.

Políglota desde muy joven (estudió inglés, francés y alemán), obtuvo una beca para ir a Alemania donde fue productora en el servicio en español de la Deutsche Welle en Bonn y poco después, fue a hacer un Máster en España. 

En Barcelona empezó a trabajar en la Corporación Catalana de Televisión interactiva, llevando proyectos de Innovación financiados por la Comisión Europea. Años después se mudó a Bruselas, donde vive actualmente, trabajando para el grupo Mediapro EU.

“El haber estudiado una carrera tan amplia como comunicación social me dió un montón de elementos de todo tipo y un conocimiento sobre cómo funciona la sociedad, la política, la psicología, etc. Es decir, en un momento en que además pasábamos de años de dictadura a una democracia, estar en  una carrera universitaria donde ya trabajamos esos conceptos fue fundamental. La Universidad Nacional de Rosario me dió muchas cosas que valoré toda la vida, como lo son los valores éticos y morales de que acá todos valemos igual. La universidad me abrió la cabeza, me dió una perspectiva diferente”, concluyó.

Periodista: Gonzalo J. García

Fuente: Universidad Nacional de Rosario

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