Seis artistas santafesinos en busca de un lenguaje común

Por Redacción IDL

En 1972, varios artistas se reunieron para impulsar una producción colectiva. Compartieron ideas y esfuerzos, logrando coincidencias sin renunciar a la singularidad de cada uno. ¿Quiénes formaban parte de ese grupo?

Santa Fe fue, desde mediados del siglo XX, un terreno fértil para los encuentros entre artistas que, más allá de sus búsquedas individuales, entendieron que era necesario crear en comunidad. Tal vez, influidos por las vanguardias europeas.

En ese contexto nació el Grupo Santa Fe, una agrupación de artistas plásticos que a comienzos de los años ’70 trató de encarnar ese espíritu. Formado por Oscar Esteban LunaRosa Renk, Elsa Rotman, Ana María Paris, Jovita Giménez Barquin y Favaretto Forner, el grupo debutó públicamente en 1972.

Al año siguiente, ya ofrecía su tercera exposición en el Museo Municipal de Artes Visuales, consolidando una identidad común a partir de la diversidad expresiva de sus integrantes.Archivo El Litoral

Núcleos de creación

Como bien apuntó Jorge Taverna Irigoyen en las páginas de El Litoral el 7 de agosto de 1973, la provincia era escenario de varios agrupamientos de artistas visuales que, impulsados por afinidades buscaban afirmar un lenguaje propio.

En Rosario, experiencias como Nexus, el Grupo Litoral o el Grupo Taller habían logrado dar cohesión a producciones que, en soledad, resultaban dispersas. Santa Fe no fue la excepción. Con antecedentes como el Grupo Setúbal o el Grupo Cinco, el nacimiento del Grupo Santa Fe marcó nuevas búsquedas.

Unidos por una mirada crítica sobre el arte y su tiempo, sus miembros trataron de conjugar las búsquedas personales con un diálogo fecundo en el espacio común de la exposición.Archivo El Litoral

Del grabado al color poético

Figura destacada de la escena santafesina, Oscar Esteban Luna aportó al grupo su investigación técnica, especialmente en el grabado y el dibujo. Su serie “De los jinetes y ciclistas”, en lápices de colores, tenía calidez expresiva con marcado rigor técnico.

Las obras -como La luna y el sol sobre el arco iris o Jinete versus Ciclista- apostaban a un naturalismo mágico, donde el plano pictórico se tornaba espacio de resonancia poética.

Con un dominio cromático ejemplar, Luna lograba componer atmósferas de intemporalidad y misterio, valiéndose de capas sutiles de color sobre un papel de superficie graneada.Archivo El Litoral

Testimonio del tiempo

Grabadora por excelencia, Rosa Renk encontró en el lenguaje de la xilografía una vía para expresar con fuerza su visión del mundo. Discípula de Miguela Vera, asimiló también enseñanzas técnicas de Luna.

Títulos como «Los enamorados» o «Somos dos» hablaban de una obra humana, sin alardes. Como señaló Domingo Sahda en El Litoral en 2010, Renk es una artista que «reflexiona sin estridencias, al margen de las modas y corrientes». Una testigo de su tiempo a través del grabado.

Elsa Rotman y Ana María Paris

Otra integrante clave del grupo fue Elsa Rotman, cuyo trayecto la llevó desde la nueva figuración hasta la abstracción lírica, en una evolución constante sin rupturas dramáticas. En sus dibujos a tinta evocaba un universo sensible, en sintonía con los rituales gráficos de Ana María Paris.Archivo

Paris, en sus dibujos, según Taverna Irigoyen, lograba «comunicar a través de figuras de poético enlace su vibración intimista», envuelta en una paleta difuminada de grises, ocres y azules, que sugería un mundo apenas velado por la fantasía.

Entre lo plástico y lo literario

Con una obra centrada en el dibujo y la xilografía, Jovita Giménez Barquin dio un giro notable al acentuar los planos y destacar el protagonismo de sus figuras.

Obras como «El juicio» o «Cada uno de nosotros es un yo» mostraban una plasticidad renovada, distinta a los períodos anteriores marcados por una paleta más cerrada y dramática. En su trabajo, se advertía una dimensión literaria, una búsqueda por narrar desde la imagen, donde las figuras dialogaban con el espectador.Archivo El Litoral

Archivo El Litoral

Escultura, abstracción y psicología

Único escultor del grupo, Favaretto Forner llevó su obra desde las formas antropozoomorfas hasta una abstracción geométrica de fuerte penetración espacial. Influido por los postulados de Rodin, concebía sus piezas como volúmenes que surgen desde un centro vital hacia el espacio, generando diálogo con el entorno.

Más adelante, incorporó color y nuevas técnicas de fundición, explorando la psicología de la forma y conceptos vinculados a las matemáticas y la percepción. Así, su trabajo se expandía más allá del objeto escultórico, inscribiéndose en una poética del volumen vivo y cambiante.

Raíz santafesina

El Grupo Santa Fe, desde su primera muestra en 1972, propuso una forma de trabajo que conjugaba la libertad creativa individual con el encuentro colectivo. Como sostuvo Taverna Irigoyen en aquel texto fundacional, la agrupación no pretendía anular las singularidades, sino que las potenciaba desde el diálogo.

Related Posts