En nuestros cuerpos conviven formas de vida diminutas que aportan a su funcionamiento general. A ello se denomina microbiota, un tema en auge en la actualidad.
La relación entre la salud humana y la alimentación es un asunto presente en la agenda pública, dentro de este ha tomado cierta relevancia el cuidado del intestino. Cada vez hay más conciencia sobre la dieta y un cuestionamiento a los alimentos ultraprocesados. Esto ha aportado para que la microbiota sea un tema de tendencia. Pero, ¿qué es la microbiota?, ¿qué beneficios aporta?, ¿qué alimentos debemos consumir para favorecerla? Para atender a estas cuestiones, el Doctor en Química Gabriel Vinderola brindó una entrevista a Ideas del Litoral
¿Qué es la microbiota?
Vinderola explica que la palabra “microbiota”, en general, hace referencia al conjunto de microorganismos que habitan un determinado ecosistema. Se puede hablar de microbiota humana, de plantas, de un alimento, etcétera. Son formas de vida que no se ven a simple vista pero son esenciales para el funcionamiento del sistema: bacterias, virus, levaduras, hongos, arqueas, parásitos.
En el cuerpo humano tenemos microbiota en la piel, en los ojos, en el tracto reproductor e, incluso, en el sistema respiratorio. Sin embargo, de acuerdo al entrevistado, “por lejos, la más conocida y abundante es la del intestino y, por ende, es a la que más atención debemos poner”. Esto se debe a que entre sus funciones se encuentran “contribuir a la digestión de los alimentos, producir metabolitos que son de suma importancia para la salud (como los ácidos grasos de cadena corta); entrenar al sistema inmunológico; protegernos contra las infecciones; y regular la inflamación crónica de bajo grado”.
Vinderola asemeja la microbiota a los órganos humanos, ya que posee características similares: tiene una función dentro del cuerpo, tiene células, necesitan nutrientes y produce metabolitos. “Tiene características de órgano. Aunque no tenga una única ubicación y no se pueda ver -como el corazón o los pulmones- necesita alimento y produce sustancias como vitaminas, ácido butírico y serotonina, entre otros”, asegura el entrevistado.
¿Cómo cuidar la microbiota intestinal?
Cada vez más las ciencias comprueban la existencia de la relación entre la salud intestinal y el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles o autoinmunes, como diabetes, sobrepeso o enfermedad inflamatoria intestinal. Es sabido que la función del sistema digestivo va más allá del procesamiento de los alimentos, ya que la microbiota intestinal es fundamental para el correcto funcionamiento de otros órganos, como los pulmones, riñones, hígado, corazón o el cerebro. Por tanto se hace imprescindible atender al cuidado de estos habitantes invisibles con los que convivimos.
A diferencia de otras partes del cuerpo, el microbioma no se forma a partir del material genético de los progenitores sino por la interacción con el medio. Su origen puede darse en el parto, luego, varía o evoluciona de acuerdo a factores como la dieta, el estilo de vida, la exposición ambiental. La microbiota se conforma de manera única y diversa en cada persona.
El nacimiento es un hito clave. Si el parto es vaginal, dice Vinderola, “el bebé se somete a lo que se puede llamar un baño de microorganismos porque la microbiota materna se encuentra también en el tracto reproductivo”. También, otra manera por la cual se puede ir conformando es a través de la leche materna. Otra cuestión que influye es la exposición al ambiente: por ejemplo, algunos estudios demuestran que los niños que viven con mascotas tienen menores índices de alergias, ya que son expuestos de forma natural a microorganismos diversos.
La mejor forma de cuidarnos es con una alimentación rica en fibras: verduras, frutas, cereales integrales, frutos secos. Pero no sólo eso, también, el ejercicio físico, el descanso, el manejo del estrés se conectan con la microbiota. Asimismo, “hay que ser muy consciente y racional con el uso de medicamentos, sobre todo de antibióticos”, advierte el entrevistado.
Sobre Gabriel Vinderola
Gabriel Vinderola es Licenciado y Doctor en Química. Se dedica a estudiar bacterias lácticas, alimentos fermentados y probióticos. Trabaja como docente en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) e investigador en el Instituto de Lactología Industrial (UNL-CONICET). Recientemente se convirtió en el primer integrante hispanoparlante de la Asociación Científica para Probióticos y Prebióticos (ISAPP, por sus siglas en inglés). A través de su cuenta de Instagram @gvinde comparte su actividad científica.